1. La columna, de Adrien Bosc. Tusquets Editores.
En agosto de 1936, a comienzos de la Guerra Civil,
la pensadora Simone Weil, que aún no ha cumplido treinta años, se dirige al
frente de Aragón para unirse al Grupo Internacional de la Columna Durruti.
Allí, sufre un accidente y acaba regresando a Francia. De los cuarenta y cinco
días que pasó en España poco se conserva: un pasaporte, notas para un Diario,
cartas y fotografías de ella con uniforme... Para Simone, actuar, escribir y
pensar eran una única y misma cosa. Y en todo la guiaban la pasión y el deseo
de justicia. En medio del caos de una guerra, Adrien Bosc nos cuenta una vida
intensísima y trágica en la que hizo mella sus vivencias en España. A lo largo
de la obra no solo seguimos los pasos de Simone Weil, sino también los de otros
milicianos, asistimos a alguna polémica, y nos acercamos a la visión
(aparentemente opuesta) del escritor Georges Bernanos sobre la Guerra Civil,
que se hallaba en Mallorca. Pese a las diferencias ideológicas entre ambos, una
carta de Weil a Bernanos desvela hasta qué punto ser testigos de la violencia
supuso para ambos un cambio.
2. Hotel Chile, de Luis Sepúlveda. Tusquets Editores.
Apenas dos años después de la muerte del
escritor chileno Luis Sepúlveda, este volumen nos sumerge en su vida más
íntima, presidida por la familia y los amigos. También nos permite ver su
perfil más viajero y comprometido, en particular con la política y el medio
ambiente. Acompañadas por las maravillosas fotografías de Daniel Mordzinski,
sus palabras nos lo vuelven vívidamente presente, al tiempo que nos llevan a
lugares recónditos de la Tierra del Fuego y a otros parajes donde Sepúlveda no
solo encontró historias inolvidables, sino donde también trabó amistades que el
tiempo nunca apagó. A lo largo de su incansable periplo, desde el pequeño Hotel
Chile en que nació o las cárceles de Pinochet, pasando por Brasil o Ecuador,
hasta Hamburgo, los mares de todo el mundo y, finalmente, Gijón, ¿Qué perseguía
Luis Sepúlveda? ¿Un mundo mejor, un lugar donde sentirse en casa?
3. Como conocí al sembrador de árboles, de Abilio Estévez. Tusquets Editores.
Aunque todos los relatos aquí reunidos han sido
escritos fuera de Cuba, es importante recordar, sin embargo, que tomaron forma
en esa otra Cuba inagotable que Abilio Estévez, para bien o para mal, lleva
consigo. Y esos relatos desean responder al secreto de un país en peligro de
extinción. Su intención es dar la vuelta a la historia que han vivido los
cubanos, observarla desde otro punto de vista, un lugar lejano al que no llegan
los tópicos y las alabanzas, y procurar entender la vorágine en que se ha
transformado la isla. Historias que son testimonios de un fracaso. Que quieren
dar fe del deseo de vivir incluso en medio de tanta frustración y hundimiento.
Sus protagonistas han perdido el recuerdo o resulta que recuerdan demasiado —la
otra forma de olvido—. Son personajes que crean una realidad paralela para
soportar la mezquindad del día a día. Que en medio de un desastre
incomprensible se proponen resistir.
4. Himalaya, de Erika Fatland. Tusquets Editores.
Erika Fatland nos conduce en esta obra a las alturas
vertiginosas del legendario Himalaya, la vasta cordillera que serpentea a
través de cinco países en los que el islam, el budismo y el hinduismo se
mezclan con ancestrales creencias chamánicas. Innumerables lenguas y culturas
muy distintas entre sí cohabitan en los recónditos valles del llamado techo del
mundo. Las asombrosas historias en torno al monte Everest se conjugan con la
espiritualidad de los monasterios budistas, las leyendas sobre el yeti o la
fascinante y misteriosa Shangri-La. Como en sus anteriores libros, la autora va
ante todo al encuentro de las gentes que pueblan los países que conforman el
Himalaya actual, desde Bután a Pakistán, pasando por India, China o Nepal. Sus
historias personales nos hablan de tradiciones centenarias y política moderna,
de guerra y cambio climático, de la durísima lucha cotidiana por la
supervivencia en un medio tan hermoso como hostil, de costumbres atávicas y
superpotencias económicas que ya viven en el futuro.
5. Antes que anochezca, de Reinaldo Arenas. Tusquets Editores.
En diciembre de 1990, Reinaldo Arenas, muy enfermo
de SIDA, se suicidaba en Nueva York dejando este estremecedor testimonio
personal y político, unas memorias a las que había puesto el punto final apenas
unos días antes de acabar con su vida. Arenas reunía las tres condiciones
ideales para convertirse en uno de los muchos parias perseguidos por el régimen
carcelario de la Cuba castrista: era escritor, homosexual y disidente. La
recuperación de este testimonio, ya un clásico, pone en evidencia que, treinta
años después de aquel grito desgarrador, aún se silencia y encarcela a
intelectuales y opositores, y sigue siendo más oportuna que nunca esta
reivindicación de los derechos civiles y personales, ahora que parecen estar en
un continuo retroceso. De los bajos fondos de La Habana, donde malviven los
excluidos del sistema, a la opresión en el exterior, la vida de Arenas fue, muy
a su pesar, una delicada y comprometida peripecia vital e intelectual.
6. Ven y dime como vives, de Agatha Christie. Tusquets Editores.
Casada con el prestigioso arqueólogo británico Max
Mallowan, Agatha Christie tuvo la oportunidad de recorrer, en los años treinta
del pasado siglo, todo Oriente Medio acompañando a su esposo en diversas
campañas de excavaciones arqueológicas en Siria e Irak. Como dice la propia
autora, esta obra es la respuesta a las innumerables preguntas que sus
amistades y conocidos le hacían acerca del tipo de vida que el matrimonio
llevaba en esos extraños parajes. Las peripecias y dificultades que este grupo
de occidentales afronta estoicamente, al tiempo que la enriquecedora convivencia
con los nativos, son narradas por la gran escritora con toda la agudeza propia
de la hipercivilizada Gran Bretaña. Glamour, aventuras en escenarios exóticos
—que esta autora incorporó en algunas de sus más célebres novelas—, ingentes
cantidades de té e insuperable humor inglés se conjugan en este inolvidable
fresco del mundo de entreguerras.
7. Los incomprendidos, de Pedro Simón. Espasa.
Javier y Celia son un matrimonio de clase media con
un hijo pequeño y una hija preadolescente. Él trabaja en una editorial y ella en
un hospital; él arregla vidas de mentira y ella arregla vidas de verdad. Tratan
de prosperar, se mudan a un barrio mejor, la cotidianidad. Podría ser la
historia de muchos. Hasta que tiene lugar una excursión a Pirineos que lo
cambia absolutamente todo.
Esta es la historia de un viaje al abismo que habla
de otros muchos viajes. El viaje de la infancia a la convulsa adolescencia. El
que va de la algarabía infantil al silencio más sepulcral. El de los padres que
caminan detrás con su culpa y llegan tarde. El de los abuelos que fueron
delante y a los que nadie escucha. El que hace alguien para salvar una vida.
También es la historia de ese otro viaje al que todos tenemos miedo: el que
habla de nuestro pasado más oscuro y secreto.
Los incomprendidos es una novela sobre la soledad
familiar, la incomunicación entre padres e hijos, el horror de decir, pero
también, y desde la primera página, sobre la esperanza.