1. Muere Ursula K. Leguin, la maestra de la ciencia ficción.
La escritora estadounidense Ursula K. Le Guin, una
de las principales referencias universales en la literatura de ciencia ficción,
ha fallecido a los 88 años de edad en su casa de Portland (Estados Unidos).
Entre las obras de la célebre autora, nacida en
Berkeley (California), en 1929, destacan clásicos como La mano izquierda de la
oscuridad, Los desposeídos, El nombre del mundo es bosque o Un mago de
Terramar, con el que inició, en 1968, la conocida como serie de Terramar, una
saga que en 1972 contaba ya con tres novelas más.
Le Guin, quien, además de más de una veintena de
novelas, también escribió una decena de libros de poesía, más de un centenar de
relatos cortos y varios libros infantiles, logró numerosos reconocimientos y
galardones a lo largo de su dilatada carrera, entre ellos, varios premios Hugo
y Nébula. Sus libros han sido traducidos a más de 40 idiomas.
2. James Ellroy, Premio Pepe Carvalho de novela negra 2018.
El jurado, formado por Paco Camarasa, Antonio
Iturbe, Andreu Martín, Rosa Mora, Daniel Vázquez Sallés, Sergio Vila-Sanjuán y
Carlos Zanón, ha otorgado el premio de este año al escritor norteamericano
James Ellroy, creador de un mundo poblado por personajes decadentes y
desesperanzados que se han hecho especialmente populares en todo el mundo
gracias a las adaptaciones cinematográficas de dos de sus novelas: L. A.
Confidential, que llevó a la pantalla Curtis Hanson en 1997, y La Dalia Negra,
que en 2006 dirigió Brian De Palma.
Marcado por la muerte de su madre en un asesinato no
resuelto en 1958, Ellroy ha vivido una vida intensa y rebelde que le ha llevado
a vivir en la calle y a sumergirse en los bajos fondos. Años más tarde, acabó
retratándolos en sus obras con notable maestría. El Cuarteto de Los Ángeles,
formado por las novelas La Dalia Negra (1987), El gran desierto (1988), L. A.
Confidential (1990) y Jazz blanco (1992), es una de sus creaciones más
conocidas, buen ejemplo del estilo seco y cortante que inunda unas obras de
carácter oscuro e, incluso, macabro.
Con la concesión del premio, el jurado reconoce la
capacidad del autor para reinventar y expandir el género negro «hacia
territorios históricos, sociales y estilísticos personales y ambiciosos»,
siempre explorando el imaginario norteamericano y del mundo occidental, y
poniendo al descubierto las carencias y corrupciones del poder.
3. Fallece el poeta chileno Nicanor Parra.
El poeta y académico universitario chileno Nicanor
Parra, uno de los más influyentes autores de la literatura en su país en la segunda
mitad del siglo XX, ha fallecido a los 103 años.
Parra recibió en 2011 el Premio Cervantes y había
sido postulado al Premio Nobel de Literatura en diversas ocasiones.
El «antipoeta» nacido en 1914 pasó sus últimos años
retirado en un balneario situado al suroeste de Santiago, en Las Cruces.
Parra nació en el seno de una familia campesina por
parte de madre mientras que su padre fue profesor y músico. Tras sus estudios
básicos, fue profesor de Matemáticas en el Liceo de Chillán y en la Universidad
de Chile, en 1938, y durante varios años vivió en Estados Unidos e Inglaterra.
A partir de los años 30 se dedicó al cuento y al
ensayo y publicó su primer libro de poemas, «Cancionero sin nombre». Se le
considera el creador de la denominada «antipoesía», cuya muestra más
sobresaliente es «Poemas y antipoemas» de 1954. Considerado el creador de la
antipoesía, es para muchos críticos y autores connotados, tales como Harold
Bloom, Niall Binns o Bolaño, el mejor o uno de los mejores poetas de Occidente.
Otros libros suyos son «La cueca larga», «Versos de
salón», «Los profesores», «Artefactos», «Sermones y prédicas del Cristo de
Elqui», «El anti-Lázaro», «Chistes para desorientar a la poesía», «Poesía
política», «Páginas en blanco» o «Discursos de sobremesa».
En 1969 recibió el Premio Nacional de Literatura de
Chile por «Obra gruesa». En 1991 fue galardonado por segunda vez en su país y
obtuvo el Premio Internacional Juan Rulfo. En el 2000 recibió el Premio Reina
Sofía de Poesía Iberoamericana y en 2010 fue finalista al Premio Príncipe de
Asturias de las Letras.