1. Ahora y entonces, de Jamaica Kincaid. Lumen
Desde la ventana de su casa, la señora Sweet mira en
perspectiva su presente y su pasado, su ahora y su entonces. La conmovedora
anatomía que dibuja de un matrimonio decadente —el señor Sweet ha empezado a
odiarla— también nos habla de una juventud rota, ya que ella emigró a Estados
Unidos «en un barco bananero», como su marido se empeña en señalar. Pese a la
felicidad y el alivio que le proporcionan sus hijos, el joven Heracles y la
bella Perséfone, pocas cosas pueden distraerla de su obsesión por los erráticos
progresos de su jardín o alejarla de la habitación contigua a la cocina donde a
menudo se encierra para interrogar al pasado.
Jamaica Kincaid envuelve al lector en un mundo a la
vez familiar y sorprendente en su novela más audaz hasta la fecha, que algunos
han interpretado como una oda a la venganza y que, al igual que Lucia Berlin,
difumina deliberadamente los límites entre lo ficticio y lo autobiográfico.
2. Historia de una trenza, de Anne Tyler. Lumen.
En 2010, Serena y James regresan a Baltimore desde
Filadelfia, donde ella ha conocido a los padres de él y ha podido hacerse una
idea del concepto tan distinto que ambos tienen de la familia. Durante el
viaje, Serena revisa el pasado de la suya. Contada en varios tiempos, la
historia de los Garrett comienza en 1959, cuando su abuelo Robin hace algo
insólito: dejar el negocio en manos de su ayudante y disfrutar de unos días con
los suyos en una cabaña del lago Deep Creek. Son las primeras vacaciones
familiares, pero para entonces están ya muy alejados los unos de los otros: su
mujer, Mercy, se debate entre su pasión por la pintura y hacerse cargo del
cuidado del hogar, como dicta la sociedad; sus hijas adolescentes, Alice y
Lily, no pueden ser más opuestas, y en cuanto al benjamín, David, anhela
escapar de la órbita familiar, aunque nadie entiende por qué. Con el paso de
los años, todos irán descubriendo la imposibilidad de liberarnos de quienes nos
aman, y lo cercana y a la vez desconocida que resulta cada familia para sí
misma.
Con su calidez y humor característicos, Anne Tyler
ilumina las bondades y maldades de nuestra vida cotidiana, y la inefable
naturaleza de los lazos familiares.
3. Mi Ucrania, de Victoria Belim. Lumen.
En 2014, Vika regresa a su Ucrania natal para
investigar un misterio familiar: cómo murió su tío bisabuelo Nikodim en la
década de 1930 y por qué su historia sigue siendo tabú casi un siglo después.
Aunque desentrañar viejas incógnitas siempre resulta complicado, no había
previsto que la resistencia más fuerte la encontraría en su abuela Valentina,
que le prohíbe remover el pasado. No en vano, Ucrania es «tierra de sangre»,
como sus vecinos Polonia, Bielorrusia, Rusia y los países bálticos. En la
región de Poltava, donde residió la familia, el KGB desapareció hace ya mucho,
pero su antiguo cuartel general todavía aterroriza a los lugareños. Mientras el
país se sumerge en un nuevo conflicto con Rusia tras la anexión de Crimea, el
lector acompaña a Vika en los temidos archivos de la policía secreta de la
antigua URSS en busca de la verdad sobre el pasado del país y sobre Nikodim,
incluso a riesgo de un enfrentamiento directo con su familia.
Entre el memoir y la novela detectivesca, esta obra
conjuga su enorme carga emocional con un lúcido análisis de la historia. Al
tiempo que Victoria Belim terminaba esta novela sobre una Ucrania que intentaba
hacer las paces con su pasado y fl orecer, su tierra natal se enfrentaba de
nuevo al dolor de otra cruel guerra.
4. Leonís. Vida de una mujer, de Andrés Ibáñez. Lumen.
Inés de Padilla nace en 1469 y con quince años logra
entrar en la Universidad de Salamanca en un momento en el que los estudios
estaban vedados a las mujeres salvo en casos excepcionales como el de Beatriz
Galindo. Allí conoce al hombre con el que mantendrá una larga historia
intermitente de amor. Ya en Madrid, entra en la corte de los Reyes Católicos y
se convierte en dama de Juana la Loca. Amante de Juan de Padilla, participa en
la revuelta de los comuneros. Pero, a comienzos del siglo XVI, se percata de un
hecho inexplicable: no ha envejecido ni un solo día desde que cumplió
veinticinco años. Y así sigue viviendo, sorteando peligros, hasta los albores
del siglo XXI.
Esta asombrosa novela de aventuras, en la que la
ficción se entrelaza con maestría con la realidad, constituye un homenaje a la
literatura española. En ella resuenan los ecos del Orlando de Virginia Woolf
pero, por encima de todo, es una narración de largo aliento sobre la historia
de España y sobre el papel determinante que las mujeres han desempeñado en ella
a través del tiempo.
5. El Café del Ángel. Un tiempo nuevo, de Anne Jacobs.
Plaza & Janés.
Wiesbaden, 1945. La joven Hilde apenas puede creer
su suerte: la guerra ha terminado y el Café del Ángel se ha salvado
milagrosamente. Hilde sueña con volver a convertir el negocio familiar en el
glamouroso lugar que reunía a artistas y personalidades de la ciudad. Pero los
primeros conflictos no tardan en surgir cuando una bella joven entra en el café
y se presenta como su prima Luisa. ¿Quién es esa enigmática mujer que ha
luchado por llegar hasta allí desde Prusia Oriental? Entre las dos jóvenes
crece una rivalidad que amenaza con envenenar el ambiente del café. Hasta que
ambas se dan cuenta de que tienen algo en común: un secreto de la guerra que
les ha perseguido hasta el día de hoy...
6. La dueña, de Isabel San Sebastián. Plaza &
Janés.
Año 1069 de Nuestro Señor. Cristianos y musulmanes
libran una lucha sin cuartel en Hispania, divididos a su vez en reinos y taifas
arrasados por disputas intestinas. En ese mundo despiadado, Auriola relata a su
nieto Diego la gesta de su abuelo Ramiro, caballero de frontera caído en
combate al servicio de su rey, mientras defiende sola la tierra que su esposo
ganó con la espada. Abuela y nieto deberán sobrevivir a las guerras fratricidas
entre Navarra, León y Castilla, salvar el legado familiar y plantar cara a la
brutal acometida de los almorávides.
Además de una obra que refleja en toda su crudeza y
fascinación una época determinante de España, La Dueña es un emotivo relato que
llega al corazón y que nos muestra cómo los grandes conflictos de la Historia afectan
a miles de historias anónimas escritas con sangre y sudor.
7. Pasión por vivir, de Manuel Medina. Plaza &
Janés.
A través de la mirada de su hermana Carmen, el
abogado Manuel Medina nos sumerge en el mundo rural de la España de la
posguerra. La vida de Carmen no fue fácil, especialmente su infancia: huérfana
de madre y con un padre que regresó de la guerra tras combatir en el bando de
los perdedores, tuvo que enfrentarse al hambre y al duro trabajo. Un retrato de
la vida en el campo andaluz a lo largo del siglo XX: la humildad de sus gentes,
sus costumbres y sueños.
La vida de Carmen se entrelaza en este relato con la
del propio autor: desde sus humildes orígenes, en su pueblo natal, donde fue
feliz, y su lucha incansable por salir adelante, hasta dirigir uno de los
bufetes más importantes de España y América Latina. Manuel Medina, un hombre
hecho a sí mismo y obsesionado por no olvidar sus raíces, nos invita a
revisitar, con grandes dosis de emotividad, las entrañables historias del
pasado y las, en ocasiones, duras pero esperanzadas, realidades del presente,
marcadas por la pandemia. Una reivindicación del peso de la memoria y de la
emoción de todas esas pequeñas grandes historias que conforman nuestra Historia
con mayúsculas.
8. Sin etiquetas, de Chelo García-Cortés. Plaza &
Janés.
Cuando solo tenía once años perdí a mi madre. Eso me
convirtió en una mujer rebelde e independiente siendo todavía una niña, y me
tocó enfrentarme a cosas a las que nadie debería afrontar a esa edad. Mi
infancia fue difícil, pero también viví una emocionante y trepidante juventud.
Empecé a trabajar en la radio, donde conocí a José
Manuel Parada. Nos enamoramos y nos mudamos a una Barcelona moderna, que vivía
unos años convulsos pero que era la puerta a Europa. Estaba llena de artistas y
gente con nuevas ideas, diferente a la que yo había conocido en Madrid y en
Galicia cuando era una niña y una adolescente. Allí comencé a trabajar en la
prensa del corazón, de la que me enamoré y sigo estando muy orgullosa. Durante
aquellos años setenta, experimenté y aprendí a vivir en libertad, a pesar de
que la dictadura franquista todavía no había terminado. Fue en esa época cuando
descubrí que podía amar a quien yo quisiera, independientemente de su género.
En un curioso giro del destino, me enamoré de la
persona más insospechada. Ahora estamos casadas y llevamos más de treinta años
juntas. He entrevistado a importantes artistas que luego se han convertido en
amigos, como Bárbara Rey, Borja Thyssen, Carmen Cervera, Isabel Pantoja y un
largo etcétera. Con mi salto a la televisión, mi popularidad creció. He vivido
muchas cosas, pero no fue hasta que participé en el reality Supervivientes
durante once semanas que conseguí reconciliarme conmigo, con mi historia y con
los demás bajo una preciosa noche estrellada.
Cuando la gente piensa en mí, seguro que recuerda
aquella frase que hace tantos años Bárbara Rey pronunció en directo: «Chelo, tú
y yo hemos tenido una noche de amor». O quizás me ven en el plató de Sálvame,
disfrazada de Amy Winehouse o incluso de cuadro. Pero esa no es la verdadera
Chelo. Mi historia es mucho más compleja y mucho más bonita que eso. Y, sobre
todo, es una historia sin etiquetas.
9. La lista del juez, de John Grisham. Plaza &
Janés.
Lacy Stoltz se ha encontrado en numerosas ocasiones
frente a problemas de corrupción en su trabajo como investigadora de la
Comisión de Conducta Judicial de Florida. Pero nada la ha preparado para el
caso que una asustada pero decidida desconocida quiere poner en sus manos.
El padre de Jeri Crosby fue asesinado hace veinte
años. Su muerte sigue sin resolverse pero Jeri tiene un sospechoso al que ha
estado siguiendo de manera obsesiva durante dos décadas. En el camino, ha
descubierto otras víctimas.
Sus sospechas son firmes pero las pruebas parecen
imposibles de conseguir. El culpable es inteligente, paciente y siempre va un
paso por delante de la policía. Es el más brillante de los asesinos en serie.
Conoce los procedimientos, el trabajo de investigación y, sobre todo..., conoce
la ley. Se trata de un juez de Florida de la jurisdicción de
Lacy.
Y tiene una lista con los nombres de todos sus
objetivos, personas inocentes que han tenido la mala suerte de cruzarse en su
camino y ofenderle de alguna manera. ¿Podrá detenerle Lacy sin convertirse en
su próxima víctima?
10. Nueve días en el Jardín de Kiev, de Susana Vallejo. Plaza & Janés.
El pequeño Sergei descubre por casualidad un
misterioso jardín en medio de la ciudad. Allí entabla amistad con una niña como
él, Tatiana, y con el guardián del jardín, que le relatarán un cuento cada día.
Los cuentos del sabio guardián y Tatiana descubrirán a Sergei secretos
sorprendentes y tesoros ocultos sobre el jardín, el mundo y sobre él mismo.
Una fábula entrañable y optimista para todos los
públicos ambientada en el jardín de Kiev, un mágico lugar rebosante de leyendas
y personajes maravillosos.
11. Te deseo la sonrisa, de Papa Francisco. Plaza &
Janés.
La alegría es un tema central de las enseñanzas del
Papa Francisco, aún más necesario en estos tiempos que corren. En unas páginas
que son un mensaje para todos los hombres y mujeres del mundo, el pontífice
afirma que Dios es dicha y la misericordia es la manifestación más profunda de
la felicidad de Dios y el núcleo del mensaje cristiano.
Las palabras del Papa Francisco son una invitación a
abrazar la verdadera belleza; a abrirse, encontrarse y compartir; a cambiar
actitudes personales y sociales que fomentan la exclusión; a desenmascarar el
descontento que se produce cuando nos encerramos en nosotros mismos; y a
afrontar la vida con valentía y confianza, sin dejarse vencer por la tristeza y
el pesimismo.
Los ocho capítulos de este libro abarcan el tema de
la felicidad de manera humana y profunda, conscientes de que la verdadera
alegría no es un sentimiento efímero ni ilusorio ni un antídoto para quienes
ignoran el sufrimiento: proviene de una esperanza concreta, que nada ni nadie
nos podrá arrebatar. Es una alegría que tiene la última palabra, siempre. Y el
deseo de compartir una sonrisa es el primer pequeño gran paso para vivirla,
para renovarnos, para renacer.