1. Música, sólo música, de Haruki Murakami y Seiji Ozawa. Tusquets Editores.
Todo el mundo sabe que a Haruki Murakami le apasiona
tanto la música moderna y el jazz como la música clásica. Esta pasión no solo
le llevó a regentar en su juventud un club de jazz, sino a impregnar de
referencias y vivencias musicales la mayoría de sus novelas y obras. En esta
ocasión, el escritor japonés más famoso del mundo comparte con sus lectores sus
querencias, sus opiniones y, sobre todo, sus ansias de saber sobre un arte, el
musical, que hermana a millones de seres humanos en todo el mundo. Para ello, a
lo largo de dos años, Murakami y su amigo Seiji Ozawa, antiguo director de la
Boston Symphony Orchestra, mantuvieron estas deliciosas conversaciones sobre
conocidas piezas de Brahms y Beethoven, de Bartok y Mahler, sobre directores de
orquesta como Leonard Bernstein y solistas excepcionales como Glenn Gould,
sobre piezas de cámara y sobre ópera.
2. Utilidad de las desgracias, de Fernando Aramburu. Tusquets Editorial
Su infancia en un arrabal de San Sebastián, su
memoria del dolor en los años oscuros en el País Vasco, su experiencia como
maestro en Alemania, sus rituales a la hora de escribir y de encontrarse con
los lectores, algunos paseos y viajes, las lecciones extraídas de una atenta
lectura de Albert Camus: este volumen reúne los mejores artículos literarios de
Fernando Aramburu. Son piezas deliciosas cargadas de humor, sensibilidad y
sabiduría, y pueden leerse como apuntes narrativos, retazos de memorias o como
un pequeño tratado vital a partir de unas cuantas certezas que sirven como
brújula moral. Un libro acogedor, en la senda del humanismo, sereno, colorista,
de gusto por los detalles cotidianos, de celebración de los pájaros y las
ardillas, de amor a la literatura y de humor contra las pedanterías, de
ridiculización de los fanáticos y de solidaridad con las víctimas.
3. Dicen los síntomas, de Bárbara Blasco. XVI Premio Tusquets Editores de novela 2020.
Aunque Virginia nunca ha mantenido una buena
relación con su padre, se siente obligada a hacerle compañía a diario cuando
este es ingresado gravemente enfermo. Para ella, obsesionada con las dolencias,
los síntomas se revelan más sinceros que las palabras. En esa habitación de
hospital se ponen a prueba los vínculos con su madre y con su hermana. Un nuevo
paciente, un hombre enigmático y no carente de atractivo, ocupa entonces la
cama vecina. Al principio Virginia apenas cruza con él algunas palabras de
cortesía, pero, poco a poco, los dos traban una complicidad ajena a la asepsia
del hospital, y acaban creando un pequeño espacio compartido, un lugar en el
que cobijarse. Y en el que tal vez, cuando todo esté perdido, surja algo
inesperado y auténtico.
4. Mudanza del isonauta, de Jorde Riechmann. Tusquets Editores.
A modo de libro manifiesto, de collage de verdades
como puños y de aforismos tan brillantes como desoladores, este nuevo libro de
Jorge Riechmann es un verdadero mazazo a nuestra conciencia. Como se dice en
algunos de los preámbulos, si nos tomáramos el asunto del cambio climático con
la debida seriedad no podríamos pensar ya en otra cosa porque «todo lo demás
resultaba irrelevante». Y la magia verbal que remueve conciencias, y mete el
escalpelo «entre los pliegues de la fe en el dinero, la guerra y la técnica»,
por tal vez el poeta comprometido más brillante de la poesía contemporánea.
5. Rompamos el hielo, de David Safier. Seix Barral.
Urga lleva 33.000 años congelada en un iceberg al
lado de un pequeño mamut pero ahora, por culpa del cambio climático, se
deshiela y tras echar un vistazo al presente casi preferiría congelarse de
nuevo. Aun así, esta mujer de la Edad de Piedra es sobre todo una luchadora, y
antes de darse por vencida quiere averiguar si es posible ser feliz en un mundo
tan extraño. Safier firma una novela encantadora, divertidísima y sabia, y lo
hace con un potente mensaje inspiracional, el de la búsqueda de la felicidad, y
abordando temas tan actuales como el feminismo o el calentamiento global.
6. Las barbas del profeta, Eduardo Mendoza. Seix Barral.
Como muchos niños de la posguerra española, Eduardo
Mendoza estudió en el colegio una asignatura denominada Historia Sagrada,
resumen e ilustración de algunos pasajes de la Biblia que hicieron nacer en él
la fascinación por la palabra escrita y por los mundos de ficción, además de
enseñarle a distinguir entre lo real y lo imaginario. Basado en sus recuerdos
de infancia y en la certeza de que una sociedad se explica mejor si no se
desvincula de sus mitos fundacionales, Eduardo Mendoza emprende un viaje
formidable por la tierra de José y sus hermanos, de Salomón, de la Torre de
Babel y de Jonás, y paga así su deuda, o parte de ella, con el muchacho que entonces
fue para seguir siendo el escritor que ahora es.
7. El silencio, de Don DeLillo. Seix Barral
Domingo de la Super Bowl. Año 2022. Cinco amigos han
quedado para cenar en un apartamento en Manhattan. Una profesora de Física
jubilada, su esposo y su exalumno esperan a la pareja que se unirá a ellos tras
un accidentado vuelo desde París. De pronto, un apagón deja al mundo a oscuras
y las conexiones digitales que han marcado nuestras vidas se cortan. El
silencio describe una sociedad cuya mayor amenaza ha dejado de ser algo
tangible para convertirse en un enemigo invisible, ya sea una pandemia, un
ataque informático o el caos financiero.
8. El tren de los niños, de Viola Ardone. Seix Barral.
Nápoles, 1946. El Partido Comunista italiano consigue
trasladar a setenta mil niños con el fin de que se alojen temporalmente con
familias del norte y conozcan una vida diferente lejos de la miseria que los
rodea. El pequeño Amerigo se ve forzado a abandonar su barrio y sube a un tren
junto a otros niños del sur. Con la mirada acerada de un chico de la calle,
Amerigo nos sumerge en una Italia fascinante que vuelve a levantarse en la
posguerra y nos confía el relato conmovedor de una separación, de un dolor que
marca a fuego, al tiempo que nos obliga a reflexionar, con delicadeza y
maestría, sobre las decisiones que acaban convirtiéndonos en lo que somos.
Inspirada en hechos reales, la fuerza de esta red de solidaridad en tiempos
difíciles ha hecho que esta novela se convierta además en un fenómeno internacional
en veinticinco países.
9. La muerte blanca, de Ragnar Jonasson. Seix Barral.
Durante una brillante noche de verano, un hombre es
brutalmente golpeado hasta la muerte a orillas de un tranquilo fiordo en el
norte de Islandia. Cuando el sol de medianoche se transforma en oscuridad
debido a una nube de cenizas proveniente de una erupción volcánica, la joven
reportera Ísrún abandona Reikiavik para investigar el suceso por su cuenta. Ari
Thór y sus colegas de la pequeña comisaría de Siglufjördr luchan con un caso
cada vez más desconcertante, mientras que sus problemas personales los llevan
al límite. ¿Qué secretos guarda el asesinado y qué esconde la joven periodista?
A medida que los horrores silenciados del pasado amenazan a todo el pueblo y la
oscuridad se hace cada vez más intensa, se inicia una carrera contrarreloj para
encontrar al asesino antes de que sea demasiado tarde.
10. Perry Mason. El caso de las garras de terciopelo, de Erle Stanley. Editorial Espasa.
Eva Belter visita al abogado Perry Mason por un
asunto delicado: un fotógrafo ha conseguido una instantánea suya junto al
famoso político Harrison Burke saliendo de un hotel, y una revista
sensacionalista la quiere chantajear. Ella es una mujer casada y Burke no puede
verse involucrado en polémicas.
Eva comparte con Mason sus sospechas acerca de
George, su marido, pero el letrado tiene la corazonada de que su clienta no
dice toda la verdad. El caso da un nuevo giro cuando George Belter es asesinado
a sangre fría.
Perry Mason contará, en este primer caso de la
serie, con la inestimable ayuda del investigador privado Paul Drake y de su
inseparable secretaria, Della Street, para llegar al fondo de un caso en el que
nada es lo que parece.
11. Perry Mason. El caso del ojo de cristal, de Erle Stanley. Editorial Espasa.
El cuerpo del acaudalado hombre de negocios Hartley
Basset es hallado sin vida. Junto a su cadáver, una nota de suicidio escrita a
máquina y tres armas de fuego. Basset tenía problemas de todo tipo: le habían
estafado una gran suma de dinero, su hijastro lo odiaba y su mujer tenía
intención de abandonarlo. Pero para el abogado Perry Mason hay algo que no
encaja. Sobre todo cuando el ojo de cristal de su último cliente aparece en
escena.
Al estrado subirán demasiados sospechosos, y la
verdad no siempre sale a la luz fácilmente. Mason, con la inestimable ayuda de
su eficaz e inseparable secretaria, Della Street, y del sagaz y fiel detective
Paul Drake, deberá encajar todas las partes del rompecabezas para llegar hasta
el final de un caso repleto de giros.
12. Resina, de Ane Riel. Ediciones Destino.
Liv falleció con seis años. Se adentró en el mar
durante la noche y hallaron la barca hecha añicos a la mañana siguiente. O, al
menos, ésa es la historia que sus padres contaron a las autoridades. La
realidad es bastante distinta: Liv está viva y se esconde tras una pared
impenetrable de objetos robados de aquí y allá que Jens, su padre, ha ido
acumulando a lo largo de los años. Una fortaleza de la que, al traspasar su
puerta, es imposible escapar ileso. Aquí, lejos del resto de los habitantes de
la isla, la vida de la familia fluye de manera imperturbable, cristalizada
hasta la eternidad como una hormiga atrapada en resina. Sólo Maria, la madre de
Liv, puede cambiar el rumbo de las cosas dentro de la peculiar familia Hordone.
Pero ella también, a su manera, ha decidido esconderse del resto del mundo
dentro de un cuerpo monstruoso.
13. A prueba de fuego, de Javier Moro. Editorial Espasa.
Nueva York 1881: en uno de los barrios más populares
malviven el pequeño Rafaelito y su padre, Rafael, un reputado maestro de obras
valenciano que lucha por demostrar su talento en la gran urbe. Lo acecha la
ruina absoluta. Pero gracias a su genio infatigable, ese hombre alcanzará fama
y fortuna al construir los edificios emblemáticos que han dado su perfil a
Nueva York. Javier Moro nos presenta al singularísimo Rafael Guastavino, un
auténtico genio de la construcción que deslumbró a los grandes magnates
norteamericanos, conquistados por las técnicas que empleaba en sus obras para
evitar los incendios, el mayor mal de las megalópolis del siglo XIX. Tuvo una
vida jalonada de éxitos: de su estudio salieron construcciones tan
«neoyorquinas» como la Estación Central, el gran hall de la isla de Ellis,
parte del metro, el Carnegie Hall o el Museo Americano de Historia Natural.