Título: El niño que robó el caballo de Atila
Autor: Iván Repila
Editorial: Seix Barral
Año: 2017
Nº de páginas: 138
ISBN: 978-84-322-3280-0
Del autor:
Iván Repila (Bilbao, 1978) es escritor, editor y
gestor cultural.
Ha trabajado para diversos organismos e instituciones
nacionales e internacionales en la producción, coordinación y dirección de
congresos, encuentros y festivales de teatro, música y danza.
Es autor de las
novelas Una comedia canalla, El niño que robó el caballo de Atila y Prólogo
para una guerra.
Sinopsis:
Dos hermanos, el Grande y el Pequeño, luchan por
salir del pozo en el que han sido confinados en mitad de un bosque. A pesar del
hambre, no prueban el contenido de una bolsa de víveres que descansa en el
fondo cenagoso del agujero. Se alimentan de lo que proveen las paredes húmedas
y arcillosas, y beben agua con sabor a tierra. Que sobrevivan o no depende de
su fortaleza y de su ingenio.
A través de una trama sencilla de gran poder
metafórico y de una prosa de enorme belleza, esta impactante fábula para
adultos encierra una incisiva reflexión sobre la condición humana.
Opinión:
Seix Barral nos presenta una reedición, con algún
matiz, de la novela de Iván Repila que fue publicada en 2013.
El
niño que robó el caballo de Atila es una novela
contemporánea corta, escrita a modo de fábula que se lee de un tirón.
Nuestros protagonistas son dos hermanos que no
tienen nombre, el narrador se refiere a ellos como el Grande y el Pequeño, para
darle mayor forma de fábula a la narración, como si nos estuviera contando un
cuento, pero ojo es un cuento para adultos.
Los dos hermanos, el Grande, fuerte y robusto, y el
pequeño, más debilucho, han sido confinados en un pozo, del que luchan para
salir con todas sus fuerzas y su ingenio. La relación entre los dos hermanos, también
es muy importante en la novela, la confianza mutua, como se cuidan, y la
capacidad para mantener firmes sus principios.
La novela está escrita en tercera persona y esta formada
por capítulos cortos, al comienzo de cada capítulo se nos marca un número que
corresponde al número de días que llevan nuestros protagonistas encerrados en
el interior del pozo.
La trama aparentemente sencilla está cargada de
emotividad, la narración se hace sobrecogedora y sin duda es una gran metáfora
del mundo en el que vivimos, y de que pase lo que pase, no hay que perder jamás
la esperanza y hemos de luchar para sobrevivir, porque como decía el Che “la única lucha que se pierde es la que se
abandona”, y la novela lo deja claro desde la primera frase “Parece imposible salir, dice. Y también:
Pero saldremos”.
A medida que pasan los días la desesperación es tal
que el hermano pequeño enferma y desvaría creyendo ser el niño que robó el
caballo de Atila. Cuenta la leyenda que allá por donde pasaba Othar, el caballo
de Atila, rey de los Hunos, no crecía la hierba. Para los hunos los caballos
eran sagrados y los consideraban como una prolongación de su ser. El pequeño, siendo
el más débil, es el que nos ofrece mayores reflexiones que no tienen
desperdicio, pero también hay enigmas en la novela que uno se queda con ganas
de entender mejor.
El niño que robó el caballo de Atila es una
desgarradora fábula para adultos que debe hacernos reflexionar sobre la
condición humana.