Después de estos días de auténtica pesadilla, he vuelto a Las Ramblas, con el corazón en un puño y el estómago encogido, pero tenía necesidad de hacerlo.
Los ciudadanos con sus mensajes de apoyo y sus improvisadas ofrendas, han convertido Las Ramblas a lo largo de su recorrido en un gran homenaje a las víctimas y han enviado un fuerte mensaje de repulsa al terrorismo. La misma fuente de Canaletes, ya no podrá volver a ser lo que era después de estos días.
A Las Ramblas, le costarán recuperar sus días alegres, esta tragedia marcará sin duda un antes y un después en su historia y en la nuestra.
Me costará volver a pasear por Sant Jordi por sus paradetas repletas de libros y rosas, solo el tiempo curará las heridas. Pero a pesar de todo este inmenso dolor que nos recorre, los barceloneses no hemos dudado en salir a la calle y volver a llenar esta arteria emblemática con nuestra presencia, como podéis apreciar en esta imagen de ayer, para gritar bien alto, que no tenim por, que no tenemos miedo.
Barcelona siempre ha sido una ciudad de paz, y así lo seguirá demostrando.
Los ciudadanos con sus mensajes de apoyo y sus improvisadas ofrendas, han convertido Las Ramblas a lo largo de su recorrido en un gran homenaje a las víctimas y han enviado un fuerte mensaje de repulsa al terrorismo. La misma fuente de Canaletes, ya no podrá volver a ser lo que era después de estos días.
A Las Ramblas, le costarán recuperar sus días alegres, esta tragedia marcará sin duda un antes y un después en su historia y en la nuestra.
Me costará volver a pasear por Sant Jordi por sus paradetas repletas de libros y rosas, solo el tiempo curará las heridas. Pero a pesar de todo este inmenso dolor que nos recorre, los barceloneses no hemos dudado en salir a la calle y volver a llenar esta arteria emblemática con nuestra presencia, como podéis apreciar en esta imagen de ayer, para gritar bien alto, que no tenim por, que no tenemos miedo.
Barcelona siempre ha sido una ciudad de paz, y así lo seguirá demostrando.