«La teoría de los archipiélagos viene a decir que
todos somos islas, llegamos solos a este mundo y nos vamos exactamente igual,
pero necesitamos tener otras islas alrededor para sentirnos felices en medio de
ese mar que une tanto como separa. Yo siempre he pensado que sería una isla
pequeñita, de esas en las que hay tres palmeras, una playa, dos rocas y poco
más; me he sentido invisible durante gran parte de mi vida. Pero entonces
apareciste tú, que sin duda serías una isla volcánica llena de grutas y flores.
Y es la primera vez que me pregunto si dos islas pueden tocarse en la
profundidad del océano, aunque nadie sea capaz de verlo. Si eso existe, si
entre los corales y sedimentos y lo que sea que nos ancla en medio del mar hay
un punto de unión, sin duda somos tú y yo. Y, si no es así, estamos tan cerca
que estoy convencido de poder llegar nadando hasta ti».
La teoría de los archipiélagos es mi primer contacto con la obra de la valenciana Alice Kellen, y de entrada me he encontrado con una edición tan cuidada y bonita, con unas ilustraciones evocadoras, que hacen que la novela enamore al lector solo con mirarla.
Alice Kellen nos intercala dos líneas temporales con los mismos personajes, una nos trasladará al verano de 1980 y la otra a la primavera de 2018, con tres pequeños saltos puntuales a 1954, 1985 y 1992.
Con esta estructura será fácil conocer bien el pasado y presente de Martín y de Isaac, sus dos protagonistas, dos islas de este archipiélago que ha creado Kellen para nosotros.
Como intuía al ver la edición, es tan bonito el contenido como el continente, y es que la teoría y la historia que nos plantea la autora, penetra en todos los recovecos del corazón, sin ambages.
La novela da inicio cuando Martín Ferrer llega de nuevo al pueblo cuarenta años después de haberse marchado a Madrid. Ahora, a sus 72 años, regresa en busca de un amor perdido, porque no sabe si esa historia, que fue efímera, ha sobrevivido después de tanto tiempo. Martín hace tres años que ha enviudado de Candela, una mujer con carácter y decisión, y tiene dos hijos ya adultos y 2 nietos. Tiene dudas, sabe que el tiempo juega en su contra y que esta es su última oportunidad.
En 1980 Martín, montado en su viejo Ford blanco, se instaló en un pueblo valenciano con el encargo por parte de la editorial en la que trabajaba de realizar una enciclopedia botánica con plantas y flores dibujadas a lápiz destinada para todos los públicos, y así fue como conocía a Isaac, aficionado a las plantas, que le ayudó con su trabajo.
Isaac en aquellos años, estaba soltero y vivía solo, disfrutaba de su vida ayudando en el pueblo y traía locas a todas las mozas, aunque no se le conocían relaciones estables.
Con su teoría sobre los afectos, Kellen, a través de Martín, viene a decirnos que "todas las personas somos como islas, llegamos solos a este mundo y nos vamos exactamente igual, pero necesitamos tener otras islas alrededor para sentirnos felices en medio de ese mar que une tanto como separa". No sé que os parece a vosotros, pero a mi son palabras que me llegan hondo.
Que Kellen se atreva con el amor en la senectud es también un guiño y un elemento de reflexión, pues no solo el amor es cosa de juventud, el amor, los sentimientos y sus formas de vivirlos son importantes en todas las etapas de la vida.
La teoría de los archipiélagos es una novela para mentes abiertas que superan todos los prejuicios en busca del amor y la felicidad verdadera.
Valoración: 8 / 10 Notable
Por tu magnífica reseña está claro que disfrutaste mucho con esta novela. El título no me terminaba de convencer, pero ahora sí que veo que merece la pena leerla. Un abrazo.
ResponderEliminarPues me tientas con esta novela. Tomo buena nota.
ResponderEliminarBesotes!!