1. La Capitana, de Susana Martín Gijón. Alfaguara.
Granada, 1585. En una ciudad devastada tras la Reconquista, Sor Ana de Jesús, apodada «la capitana» por su mano firme, lucha por sacar adelante su convento cuando el cadáver de un hombre horriblemente desfigurado aparece en el claustro de su cenobio, poniendo así en peligro la reputación de su orden. ¿Quién era y cómo ha llegado hasta ahí?
A pocos kilómetros, en una colina que domina la Alhambra, un hombre rige
los destinos de los monjes de la misma orden. Es San Juan de la Cruz, guía
espiritual y amigo íntimo de la priora. Sor Ana de Jesús y fray Juan, el dúo
detectivesco más singular de la novela negra española, tendrán que investigar
lo sucedido intentando mantener la discreción mientras van desvelando un
secreto que hará temblar el bastión de la cristiandad de la Corona.
2. Mi refugio y mi tormenta, de Arundhati Roy. Alfaguara.
Destrozada por la muerte de su madre y, al mismo tiempo, desconcertada y «más que un poco avergonzada» por la intensidad de su reacción, Arundhati Roy comenzó a escribir estas memorias en un intento de comprender sus sentimientos hacia la madre de la que huyó a los dieciocho años, «no porque no la amara, sino para poder seguir amándola».
Así empieza esta historia asombrosa, el libro que Roy lleva «escribiendo
toda la vida», un texto radicalmente honesto, divertido y profundamente
conmovedor. Con la amplitud, el alcance y la profundidad de novelas tan
icónicas como El dios de las pequeñas cosas, este libro es un canto a la
libertad y un homenaje al amor espinoso, un último abrazo entre madre e hija.
3. Raíz que no desaparece, de Alma Delia Murillo. Alfaguara.
Cuando Marcos era pequeño le dejaba cartas a su madre antes de ir a la escuela. Ahora se aparece en sus sueños, porque le quiere contar a qué lugar lo llevaron cuando lo desaparecieron. Ada está en una carrera contra el tiempo, porque teme morir antes de encontrarlo, pero de una cosa está segura: tiene que buscarlo en un árbol.
En el corazón de la ciudad, cortaron la palmera y en su lugar sembraron un
ahuehuete que ha muerto por razones extrañas. Y la escritora quiere escribir
sobre eso, denunciarlo. Así es como se cruza en el camino de Ada y de otras
madres buscadoras que también sueñan dónde están sus hijos. Y aunque la
fiscalía quiere enterrar los expedientes de los sueños, esas coordenadas
indican a dónde fueron los desaparecidos con una precisión inexplicable. Los
árboles lo ven todo. Testigos de la muerte que se acumula en sus raíces a
manera de fosas clandestinas, y que se manifiesta en sus troncos y hojas, se
convertirán en traductores de la búsqueda, en interlocutores entre la memoria,
la ausencia y la esperanza. ¿Y si lo que ha sido silenciado estuviera hablando
a través de los árboles?
4. Así que pasen treinta años, de Javier Marías. Alfaguara.
Este volumen reúne los últimos setenta y cinco artículos publicados por Javier Marías en el suplemento dominical El País Semanal entre el 31 de enero de 2021 y el 11 de septiembre de 2022.
Javier Marías empezó a escribir en El País Semanal en 2003 y durante casi dos décadas compartió sus reflexiones sobre la actualidad, así como sus recuerdos y aficiones, sus lealtades personales y culturales.
«Algunas tristezas nunca se pasan y algunas personas nunca se olvidan», recuerda al comienzo del artículo que da título a este libro, en el que rememora a su amigo Juan Benet, y afirma que prolongamos la vida de aquellos que nos marcaron «a base de preguntarnos qué habrían pensado de lo que hoy sucede».
Los lectores de Marías se plantean hoy, igual que hace él, qué habría escrito respecto a muchos de los sucesos ocurridos en el mundo desde que ya no está. Sí, nos falta su mirada sobre los hechos del presente.
El tono grave y la guasa conviven cuando trata temas como la ineptitud de
los políticos, la maledicencia en las redes sociales, las actitudes
irresponsables en pandemia, el deterioro en el uso de la lengua castellana, los
smartphones como «instrumentos de vigilancia y control»... A estas piezas se
suman otras sobre aspectos más personales y sus pasiones: el fútbol, el cine y
las series, los libros, la música. Y los desternillantes cuentos que intercaló,
protagonizados por personajes peculiares. Aunque sus aventuras quedaron
inacabadas, gracias a la prosa magistral del autor dejan poso en la memoria del
lector y no se olvidan.
5. Soy la daga y soy la herida, de Laura Restrepo. Alfaguara.
Abismo es un dios cruel, de cuyo capricho dependen la vida o la muerte, y Misericordia Dagger, verdugo metódico e inflexible, trabaja incondicionalmente bajo sus órdenes. Pero su obediencia se ve puesta a prueba cuando se enamora de la nieta de su próxima víctima.
Esta novela es una extraordinaria parodia de los fieros tiempos actuales, marcados por el delirio de gobernantes autoritarios, irracionales y criminales. Tragicomedia universal, teatraliza cíclicas épocas de terror que anuncian el caos definitivo, o tal vez presagian un mundo nuevo.
El protagonista, cortacabezas con visos deliciosamente humanos, cuenta sus propias vicisitudes, utilizando un ágil tono de novela gráfica e inaugurando un género literario radical, el brutal noir, entre lo histórico y lo mitológico, lo real y lo alucinado.
Personaje inolvidable, Misericordia Dagger se debate con un aprendiz adolescente, el impredecible e hiperviolento Príncipe Sangre, a quien quiere legarle su conocimiento del oficio y su amada daga, «afilada como el hambre e insospechada como una mujer». Además, lleva tatuada con fuego en la espalda la imagen mítica del enigmático Acéfalo.
«No convoques a Acéfalo, solo vendrá cuando él quiera. Aparecerá y
creeremos».
6. Incensurable, de Luna Miguel. Lumen.
La filósofa Lectrice Santos es expulsada de la universidad tras atreverse a dictar una conferencia sobre el placer y la censura. Su único crimen: desafiar a sus alumnas a pensar por qué la novela más polémica de la literatura contemporánea ha desaparecido de todas las bibliotecas del mundo. Invitada a participar en un seminario sobre literatura y erotismo, hastiada de la Academia y agobiada por los fantasmas de su pasado, Santos reivindica la importancia de leer y releer clásicos como Lolita, de Vladimir Nabokov, sin dejarnos arrastrar por los prejuicios del presente. Así, lo que comienza como una clase magistral sobre la vida y obra del escritor ruso, se transforma en un acto de resistencia contra la amnesia ideológica que amenaza con borrar las obras incómodas de la historia.
Llena de humor y erudición, Incensurable es un viaje que difumina las
fronteras entre ficción, pensamiento y crítica, en el que Miguel explora la
inestabilidad de la verdad, la política del lenguaje y el exilio literario como
castigo. Y nos interpela: ¿queremos formar parte de este delirio incensurable o
limitarnos a comprenderlo desde la distancia?
7. La tierra del dulce porvenir, de Harper Lee. Lumen.
Harper Lee se convirtió en una de las escritoras más emblemáticas del canon estadounidense gracias a Scout, Atticus Finch y otros inolvidables personajes de Matar a un ruiseñor, la novela ganadora del Premio Pulitzer con la que alcanzó la inmortalidad. Pero antes de escribir su mítica novela ya era una joven y tenaz escritora que, instalada en Nueva York, donde trabajaba en una compañía aérea, enviaba relatos a revistas como Harper s Bazaar o The New Yorker con la esperanza de verlos publicados. Unos cuentos que poseen ya su inconfundible voz y que narran, con un humor, un ritmo y una cotidianidad inimitables, diferentes episodios de la vida de Jean Louise Finch, desde su niñez en el colegio de Maycomb, Alabama, hasta la juventud en los restaurantes y cines del Manhattan de los años cincuenta.
La tierra del dulce porvenir reúne todos esos cuentos inéditos, que durante
décadas estudiosos de su obra y biógrafos daban por perdidos y que aparecieron
en su apartamento tras su muerte, así como los breves ensayos que Lee escribió
y que incluyen desde reflexiones sobre la necesidad de una enseñanza
responsable hasta retratos de Gregory Peck y Truman Capote. Una visión sin
precedentes sobre el origen de una voz irrepetible, unos personajes y unos
temas que siguen siendo vitales, con la que se cierra el círculo sobre una de
nuestras escritoras más queridas y enigmáticas.
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