1. El derecho de los lobos, de Stefano De Bellis y Edgardo Fiorillo. Alfaguara.
En el año 80 a. C. Roma es una metrópolis violenta
en la que se entrelazan el dinero, el vicio y la política. En la oscuridad de
los bajos fondos, cuatro asesinos liderados por un coloso con horribles
cicatrices irrumpen en el nuevo burdel de lujo La Vaina del Gladio y provocan
una masacre; entre los muertos, el rico comerciante de telas Marco Vilio
Cincio, aspirante a senador. El dueño del lugar, único superviviente de la carnicería
y principal sospechoso, ha desaparecido, y son muchos los que lo buscan, como
el veterano centurión Tito Anio.
En otro rincón de la ciudad, la vestal Cecilia Metela acude al joven Cicerón para que defienda a su protegido, Sexto Roscio, de la acusación de parricidio: una causa delicada que oculta intereses perversos. La sombra de Sila, cuyos enemigos están cada vez más inquietos, se cierne sobre ambos casos. Mientras que, para llegar a la verdad, Tito deberá enfrentarse a peleas, emboscadas y complicaciones sentimentales, Cicerón descubrirá que en el foro está en juego no solo el destino de Sexto, sino el suyo propio, e incluso la supervivencia de la República.
2. Un día llegaré a Sagres, de Nélida Piñon. Alfaguara.
Nacido en el siglo XIX en una aldea del norte de
Portugal, hijo de una prostituta acusada de brujería y de un padre desconocido,
el joven Mateus se ha criado con su abuelo Vicente, pero cuando este muere, él
emprende un viaje en dirección al sur, en busca de la utopía, pero también tras
la vocación de grandeza de un país pobre y animado por las ansias de libertad.
Un día llegaré a Sagres narra, en definitiva, la historia de Portugal, de una civilización en movimiento perpetuo a través de la vida de un individuo aparentemente insignificante, un campesino temerario, pero que quizá lo sea en un momento en que lo que más falta hace es temeridad.
3. Un bosque flotante, de Jorge F. Hernández.
Alfaguara.
Este libro es el viaje a una infancia vivida en
Mantua, bosque cercano a Washington, D.C. y también la crónica de la lenta
recuperación de los recuerdos de May, madre del narrador, perdidos en el bosque
de la amnesia. La memoria de cada árbol saldrá como palabra o nombre, idioma
español del pasado materno traducido al inglés de la niñez del autor.
Jorge F. Hernández vuelve al bosque de su infancia y deja testimonio de la maestra que le acompaña en sus primeras letras y lecturas, del amigo infalible con el que conquista todos los senderos entre árboles y arbustos, allí donde el sueño americano también se puede convertir en pesadilla... Páginas de vida que no merecen el olvido.
4. El cielo sobre el tejado, de Nathacha Appanah. Alfaguara.
Lobo tiene diecisiete años y está siendo trasladado
en un furgón de policía a un centro penitenciario para menores por haber
provocado un accidente de tráfico: cogió el coche de su madre y condujo durante
horas sin tener carnet para reencontrarse con Paloma, su hermana mayor, a la
que hace más de diez años que no ve. Cuando se aproximaba a su destino, Lobo se
puso nervioso, entró por una calle de sentido contrario y chocó contra otro coche,
hiriendo a dos personas.
El relato emotivo de ese proyecto de reencuentro da pie a reescribir toda la historia familiar, los traumas que han ido pasando de una generación a otra y, finalmente, la posibilidad de la redención y del amor.
5. Escombros, de Fernando Vallejo. Alfaguara.
En Escombros, libro que entronca directamente con
una de las obras más emblemáticas y reconocidas del autor, El desbarrancadero,
Fernando Vallejo narra la llegada de la noche del mundo, ese tiempo que va
desde la agonía de su compañero, el escenógrafo mexicano David Antón —que
coincide con el terremoto que asoló Ciudad de México en 2018— y su muerte, y el
momento actual, marcado por una pandemia que mantiene en vilo a todo el
planeta. La historia personal del autor, la pérdida de su compañero de vida de
más de cincuenta años y su vuelta a Colombia sirven de metáfora de la actualidad,
un mundo en destrucción en el que el narrador camina por una ciudad en la que
ya solo puede ver fantasmas.
6. La viuda, de José Saramago. Alfaguara.
Tras la muerte de su marido, Maria Leonor, madre de dos hijos, se siente abrumada ante las dificultades para administrar su hacienda en el Alentejo, las expectativas de la sociedad y el férreo control de su entorno. Después de unos meses sumida en una profunda depresión, decide finalmente afrontar su responsabilidad como propietaria de las tierras, pero su corazón está atormentado por un pecado secreto: a pesar del duelo, su deseo no se ha apagado.
Entre cavilaciones sobre la esencia del amor, el paso del tiempo y los deslumbrantes cambios en la naturaleza, la joven viuda pasa las noches en vela, espiando los amores de sus criadas y padeciendo la soledad propia. Hasta que dos hombres muy distintos irrumpen en su vida y su destino se tambalea inesperadamente.
7. La marca del agua, de Montserrat Iglesias. Lumen
19 de abril de 1950. El agua ya ha alcanzado la
piedra que sirve de testigo: en menos de diez días Hontanar desaparecerá para
siempre inundado por el pantano. Todos están celebrando la inauguración del
pueblo nuevo, solo quedan allí los hermanos Cristóbal. Pero un suceso terrible
les obliga a emprender precipitadamente el viaje: Marcos descubre a su hermana
Sara colgada de un machón de la cuadra. Envuelta en la colcha que bordó durante
años para un ajuar que ya nunca será utilizado y oculta entre sacos de patatas,
Sara recorre ese camino en el carro de su hermano. Después de todo, siempre
quiso irse del pueblo.
Durante el trayecto por un territorio que es ya un páramo, Marcos recuerda la historia de la familia, sus sombras y silencios: la llegada siendo unos niños cuyo origen su madre quiso esconder, los deseos de Sara por construirse una vida propia, la obsesión de la madre por el pretendiente perfecto que le procurase una buena boda, los sentimientos e impulsos no confesados, las traiciones y la relación con el ingeniero falangista encargado de las obras del pantano...
8. Hildegarda, de Anne Lise Marstrand-Jorgensen. Lumen
Hildegarda de Bingen nace en Bermersheim, en el sur
de Alemania, en 1098. Frágil y enferma, los asistentes al parto vaticinan que
no pasará de la noche. Pero sobrevivirá, y este no será más que uno de los
hitos de su prodigiosa existencia. Desde pequeña tuvo visiones, y a los diez
años la recluyeron en un convento. Además de ser poeta, compositora, bióloga y
mística, inventó la medicina natural y la cerveza tal como se fabrica hoy, y
fue la primera persona en escribir sobre el orgasmo femenino. Esta monja de
alta cuna a la que sus miles de seguidores apodarían la Sibila del Rin estuvo
al frente del monasterio de Bingen; creó una orden de religiosas vestidas de
blanco y sin velo, que durante las oraciones bailaban en círculos con flores en
el pelo; se codeó con la nobleza, y arriesgó su vida desafiando a la Iglesia y
hasta al emperador Barbarroja.
9. Exodus, de Deborah Feldman. Lumen
Con solo veintitrés años, Deborah Feldman tomó a su
hijo y sus pocas posesiones, y dejó atrás la comunidad jasídica Satmar de
Williamsburg (Nueva York) en la que había crecido, decidida a forjarse una vida
mejor lejos de la opresión y el aislamiento de su educación judía
ultraortodoxa. A partir de esa experiencia escribió Unorthodox, su primer
memoir, que fue aclamado por la crítica y los lectores, y se adaptó a una
exitosa serie de televisión. Una vez fuera de esa burbuja, Deborah se encuentra
sola en un mundo hostil en el que lucha por construir un futuro para su hijo.
El desarraigo, el vacío espiritual y la necesidad de labrarse una identidad la
arrojan en busca de sus raíces, primero en Estados Unidos y después en Europa,
dispuesta a averiguar cómo vivió su abuela durante el Holocausto.
Exodus es una indagación profundamente conmovedora sobre la memoria y sobre cómo nuestros orígenes pueden devolvernos el sentido de pertenencia y ayudarnos a descubrir quiénes somos.
10. Tentación, de János Székely. Lumen
Béla llega al mundo en la primavera de 1913 en una aldea de la campiña húngara, un lugar donde el hambre es el castigo de todos los días. Al poco de dar a luz, su madre, una joven campesina, lo deja en casa de una vieja arpía, y es su maestro quien le regala sus primeros libros y le cuenta que más allá del pueblo hay una ciudad mágica llamada Budapest. Años después, una vez llegado a la capital y empleado como botones en un gran hotel, Béla asiste durante el día al espectáculo de despilfarro de las clases acomodadas, y por la noche vuelve a la periferia para compartir con los suyos las penurias del proletariado. En la ciudad tiene lugar su despertar sexual, coquetea con la política de los años veinte y experimenta los límites de la miseria, pero, recién cumplidos los dieciocho años, gana su primera partida contra el destino.
Novela veladamente autobiográfica, Tentación es uno
de los clásicos fundamentales del siglo XX, en cuyas páginas János Székely
condensó todo su talento y su humor corrosivo.
11. La señora Dalloway, de Virginia Woolf. Lumen
La señora Dalloway relata un día en la vida
londinense de Clarissa, una dama de alta alcurnia casada con un diputado
conservador y madre de una adolescente.
La historia comienza una soleada mañana de 1923 y termina esa misma noche, cuando empiezan a retirarse los invitados de una fiesta que se celebra en la mansión de los Dalloway. Aunque en el curso del día acaece un hecho trágico -el suicidio de un joven que volvió de la guerra psíquicamente perturbado-, lo esencial de la obra estriba en que los sucesos están narrados desde la mente de los personajes, con un lenguaje capaz de dibujar los meandros y ritmos escurridizos de la conciencia y de expresar la condición de la mujer de un modo a la vez íntimo y objetivo.
12. Por quién doblan las campanas, de Ernest Hemingway. Lumen
En 1937, Ernest Hemingway viajó a España para cubrir la Guerra Civil como corresponsal de la North American Newspaper Alliance. Tres años después terminó Por quién doblan las campanas, una historia de amor y muerte que se ha convertido en un clásico, y que sigue siendo una de las mejores y más hermosas novelas bélicas de todos los tiempos.
En sus páginas seguimos los pasos de Robert Jordan,
un profesor norteamericano que lucha en el bando republicano como voluntario de
las Brigadas Internacionales y especialista en explosivos. Cuando el general
Golz le encarga la destrucción de un puente, crucial para evitar la
contraofensiva de las tropas franquistas durante la batalla de Segovia,
descubrirá en la sierra de Guadarrama los peligros de la guerra, pero también
una intensa camaradería y el amor por María, una joven que huye del bando
sublevado y le devolverá la pasión por la vida.
Gracias por la info alguna me suena de haberla has visto a notas de prensa pero casi todas me eran desconocidas
ResponderEliminarPor suerte, no me llama ninguna
ResponderEliminarGracias por la info!
ResponderEliminarBesotes!!!
Tengo muy pendiente leer a Woolf ^^
ResponderEliminarUn día llegaré a Sagres. Ese es tentador. Gracias Ful. Besos
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