1. Los vencejos, de Fernando Aramburu. Tusquets Editores.
Toni, un profesor de instituto enfadado con el mundo,
decide poner fin a su vida. Meticuloso y sereno, tiene elegida la fecha: dentro
de un año. Hasta entonces cada noche redactará, en el piso que comparte con su
perra Pepa y una biblioteca de la que se va desprendiendo, una crónica
personal, dura y descreída, pero no menos tierna y humorística. Con ella espera
descubrir las razones de su radical decisión, desvelar hasta la última
partícula de su intimidad, contar su pasado y los muchos asuntos cotidianos de
una España políticamente convulsa. Aparecerán, diseccionados con implacable
bisturí, sus padres, un hermano al que no soporta, su exmujer Amalia, de la que
no logra desconectarse, y su problemático hijo Nikita; pero también su cáustico
amigo Patachula. Y una inesperada Águeda. Y en la sucesión de episodios
amorosos y familiares de esta adictiva constelación humana, Toni, hombre
desorientado empeñado en hacer recuento de sus ruinas, insufla,
paradójicamente, una inolvidable lección de vida.
2. Hervaciana, de Gonzalo Hidalgo. Tusquets Editores.
Este libro de cuentos es muy particular. No sólo por
su unidad temática, debida a que todos ellos tratan sobre los años pasados por
el autor y narrador (la misma persona en este caso) en el Real Colegio de San
Hervacio, su vida y la de sus condiscípulos y maestros, sino también por ser un
raro ejemplo de lo que suele llamarse “fiction-non-fiction”, que generalmente
trata de asuntos públicos o al menos de “sucesos” (como A sangre fría), pero
que en este caso se dedica a un mundo privado, íntimo, cuya experiencia se
intenta restaurar con la mayor fidelidad que sea posible, si bien fragmentariamente
y con un amplio espacio para la duda y la cavilación.
Esto, que podría hacer de Hervaciana más bien un libro de memorias, es sin embargo lo que convierte estos recuerdos en relatos. Todo lo que se cuenta es cierto y hasta el más mínimo detalle conjetural es escrupulosamente señalado como posibilidad no comprobada. Es decir, no hay hechos de ficción en estas páginas. Sin embargo, como en la fiction-non-fiction referida, todo es narrado con los recursos de la ficción –personajes, anécdotas, desarrollo- y es al fin el “rechazo” de la ficción lo que determina que estas evocaciones sean cuentos. Ya que, en lugar de procurar despertar y aumentar el interés de su narración con los recursos de intriga y suspenso propios de la ficción, Hidalgo Bayal hace de la voluntad de redescubrir y comprender lo ocurrido el hilo de cada relato. Es esto lo que está detrás de la acumulación de detalles y de las digresiones, pero es también lo que da forma al relato y, sobre todo, lo que conduce a cada uno de ellos a una conclusión, un verdadero desenlace”. Los trece relatos reunidos aquí siempre llegan a una conclusión que los cierra y permiten ver como todo lo anterior ha llevado a ese preciso punto. Son, de este modo, verdaderos cuentos y no sólo unas memorias o evocaciones.
3. Turbulencias, de David Szalay. Tusquets Editores.
Durante un vuelo con turbulencias, una mujer conversa
con el hombre que va sentado a su lado en el avión; ese hombre regresa a casa
con noticias trágicas que también han impactado en otro extraño. Un piloto
conoce una noche a una periodista cuya vida sufre ligeros cambios antes de
dirigirse al aeropuerto. Cada uno de esos viajes, encadenados, nos abre la
puerta a otros personajes, a otras vidas, a otros mundos. En los trayectos de
Londres a Madrid, de Dakar a Sao Paulo, a Toronto, a Delhi o a Doha, sea para
visitar a amantes, a hermanos, a padres ancianos o a nadie en absoluto, los
doce protagonistas de esta obra experimentan toda la gama de las emociones
humanas, desde la soledad hasta el amor y, aunque a veces no lo saben,
interactúan con los demás de un modo fugaz, decisivo y electrizante.
4. Las primas, de Aurora Venturini. Tusquets Editores.
Si la historia que cuenta esta impactante novela de
Aurora Venturini transcurriera en Texas, seguramente habría en ella psicópatas
asesinos, vísceras y sangre a raudales. No es el caso, por suerte para los
lectores, pese a que en el seno de la familia que la protagoniza hay asesinos
—y asesinatos—, prostitutas, encubridores, retrasadas mentales y una enana.
También un profesor de bellas artes, una alumna aventajada y una madre
profesora. Aura Venturini disecciona la sociedad de su juventud, en La Plata
(Argentina) de los años cuarenta, una familia compuesta por mujeres y
totalmente disfuncional que muestra una capacidad asombrosa para salir
adelante, hasta el punto de que la protagonista consigue convertirse en pintora
famosa. Yuna, la narradora, relata en primera persona los años de formación y
superación personal, con un corrosivo sentido del humor y sin pelos en la
lengua. Las primas supuso el descubrimiento y la consagración de su autora, a
la edad de ochenta y cinco años: ciertamente, nunca es tarde si la novela es
buena. En este caso es excelente.
5. La revolución imposible, de Andreu Navarra. Tusquets Editores.
En junio de 1937, varios agentes de la policía
secreta, a las órdenes del conocido comisario soviético Orlov, detienen y
secuestran en Barcelona al dirigente comunista Andreu Nin. En una ciudad en
guerra contra el fascismo y desgarrada por las luchas intestinas entre anarquistas
y comunistas, el máximo dirigente del POUM, un partido marxista de corte
heterodoxo, hacía años que había concitado las iras de Stalin. Y eso era una
pésima noticia. Nin (El Vendrell, 1892-Alcalá de Henares, 1937) fue maestro,
escritor, traductor y, ante todo, un intelectual revolucionario fiel a los
postulados leninistas que, tras nueve años en la Unión Soviética, no se cansó
de denunciar la posterior degradación de la Revolución rusa a manos de Stalin.
Acusado falsamente de traición y conspiración contra la República, Andreu Nin
fue trasladado en secreto a Alcalá de Henares para ser interrogado. Su cuerpo
jamás apareció.
6. Tu refugio en el infierno, de José María Fuster-Fabra. Editorial Espasa.
Me llamo Francisco de Borja Alba de Lauria y Monforte,
marqués de Gules, pueden llamarme Fran, para abreviar, y soy, sí, soy,
inspector del Cuerpo Nacional de Policía en la Jefatura de Barcelona. Marqués
por la gracia de mi padre; no es que me entusiasme, pero he de afirmar que mi
educación privilegiada me ayuda a desempeñar un cargo que es, cómo decirlo, una
vocación. Pasé por una temporada hippie en Ibiza aclarándome las ideas y luego
otra temporada en la Legión para curtirme como es debido. Me gustan las
mujeres, los buenos restaurantes y, aunque tengo una marcada tendencia a ir por
libre, soy leal y cumplidor, y estoy convencido de que la vida requiere acción.
Siempre he pensado que en el mundo hay dos tipos de personas: los que hemos
venido a no aburrirnos y los que sí lo hacen; los segundos no me interesan en
absoluto.
Desde que Mariela Vegas, prostituta en un club de alterne, ha aparecido asesinada en Colombia no paro de dar vueltas a cómo hincar el diente a un caso que, como las estadísticas, oculta más de lo que enseña. ¿Trata de blancas? ¿Narcotráfico? ¿Terrorismo? ¿Corrupción institucional? Si me ayudan a resolver este caso, les prometo un paseo por los bajos y los altos fondos barceloneses y una visita pormenorizada a la cocina del trabajo de policías, guardias civiles, espías, abogados, fiscales, jueces… Y políticos corruptos. ¿Me acompañan?
7. El misterio del tren azul, de Agatha Christie. Editorial Espasa.
El conocido como Tren Azul, que viaje con destino a Niza, transporta una valiosa carga: el mayor rubí del mundo, el "Corazón de Fuego", un regalo de un magnate americano del petróleo para su querida hija, Ruth Kettering. Sin embargo, al llegar a la Costa Azul, se descubre que la propietaria de la joya ha sido brutalmente asesinada y que el rubí ha desaparecido. Ironías del destino, uno de los pasajeros del tren es el genial Hércules Poirot, quien deberá poner sus infalibles células grises al límite para atrapar al culpable.
8. El truco de los espejos, de Agatha Christie. Editorial Espasa.
Ruth van Rydock está muy preocupada por Carrie-Louis,
su hermana, de modo que le pide a su vieja amiga Miss Marple que se acerque
hasta Stonygates, la laberíntica mansión donde vive junto a su tercer marido,
Lewis Serrocold, para comprobar que todo va bien. Al llegar, Miss Marple se
encuentra en medio de una excéntrica casa, donde conviven bajo el mismo techo
una extraña familia y un reformatorio para jóvenes criminales, donde la violencia
apenas parece percibirse. Sin embargo, la calma aparente se transforma en una
tormenta cuando se cometa un crimen, y Miss Marple tendrá que utilizar todo su
ingenio para desenmascarar al asesino y poner en evidencia su plan.
9. Conversaciones con mi maestra, de Catherine L'Ecuyer. Editorial Espasa.
En un momento de desencanto respecto a la educación «tradicional», y ante el cada vez más amplio abanico de ofertas innovadoras, demasiadas veces condicionadas por el marketing o las modas, tanto padres como educadores tienen suficientes motivos para sentirse perdidos. Desde siempre las aulas han sido el campo de batalla de los poderes políticos, y desde hace unas décadas también de algunos poderes económicos como una herramienta de control al servicio de sus cambiantes intereses. La ausencia de reflexión acerca de los fines de la educación ha dado vía libre a las ocurrencias de gurús educativos a los que se les permite jugar con una realidad tan trascendente como es la escuela.
10. El jueves siguiente, de Richard Osman. Editorial Espasa.
Elizabeth, Joyce, Ron e Ibrahim, los cuatro miembros
del Club del Crimen de los Jueves, todavía están celebrando haber resuelto su
primer caso de asesinato. Con el barullo de la investigación ya a sus espaldas,
se preparan para una merecida temporada de descanso y relajación en Cooper's
Chase, su elegante comunidad de jubilados.Pero parece que no va a haber suerte
porque pocos días después llegará una visita inesperada: un viejo amigo de
Elizabeth ha cometido un peligroso error, está en serios apuros, y ha acudido a
ella como último recurso. Su historia incluye unos diamantes robados, un
mafioso volátil e impaciente y una amenaza muy real a su vida.
11. Los juegos florales, de Santiago Isla. Editorial Espasa.
En Madrid, la joven generación del desencanto sigue
sobreviviendo en sus trabajos precarios sin mayor horizonte que el día
siguiente, agarrada a sus aficiones con una obsesión no exenta de la melancolía
que impregna los finales de época: la música, las fiestas, las marcas, el
coleccionismo de chicos y chicas, la gastronomía y mucho de ese amor ideal que
Ginsberg consideraba el peso del mundo. Este es el paisaje en el que vive
Ignacio Benavides, quien, para complicarlo aún más, ha elegido como tabla de
salvación la literatura, eso de lo que ya sabemos que es muy difícil vivir… A
no ser que tengas contactos en las productoras de contenidos: y eso es lo que
le acaba de suceder. Con la ilusión de ver sus sueños cumplidos y de redimirse
de su propio spleen, Ignacio empieza a frecuentar a los conseguidores del
pijerío cultural madrileño que viven de las rentas y a las musas de cartón
piedra que los acompañan.
12. Una historia diferente del mundo, de Fernando Trías de Bes. Editorial Espasa.
¿Sabía que el trueque apareció para evitar las
sangrientas venganzas de los saqueos entre tribus y que las primeras monedas
surgieron por falta de memoria? ¿Sabía que la propiedad privada la inventaron
los monarcas corruptos para recaudar más o que las sociedades anónimas se
crearon para ocultar la identidad de los nobles agraciados por los reyes? ¿Qué
conducta hizo que el pan no cambiara de precio en tres siglos? ¿Por qué un
falsificador es el ladrón más justo de todos o por qué, gracias a la
productividad industrial, ya no hay apenas dictaduras? ¿Sabía que debemos los
seguros a las personas insolidarias, o que el nuevo capitalismo es un
capitalismo de emociones?
Normalmente ahondamos en la historia a través de los sucesos, los acontecimientos, las guerras, los descubrimientos… Pero cada invento social ha sido resultado de nuestros impulsos, instintos y emociones: desde el miedo hasta el perdón, pasando por la ambición, la envidia, la insatisfacción, el sometimiento, la corrupción, la vulnerabilidad, la especulación, la compasión, el afán de poder, el deseo de justicia, el sufrimiento, el disfrute… Estos y tantos otros instintos y emociones explican cómo nos organizamos, cómo trabajamos y cómo se han forjado nuestras aspiraciones, derechos y libertades actuales.
Me interesan sobre todo el de Fernando Aramburu, del que ya tenía noticia, y el de la muerte de Andreu Nin, del que no sabía nada y es un tema en el que me gusta profundizar. Gracias por la noticia.
ResponderEliminarUn beso.
¡Gracias por la info! No tenía ni idea de ninguna de estas novedades... =)
ResponderEliminarEstoy leyendo críticas muy malas de Los Vencejos, así que no creo que lo lea.
ResponderEliminarNinguna de estas me atrae especialmente :/
ResponderEliminarHola! Salvo los de Agatha todas son novedades asi que me los anoto tooodoos.
ResponderEliminarDe éstos no me llama ninguno
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