Adriana, la protagonista de esta historia, afronta
varios duelos mientras cuida de su padre enfermo.
También se ha convertido en
una voraz espectadora de la vida de los demás gracias a las redes sociales y en
una tímida consumidora de experiencias amorosas a través de una app de citas,
pero eso solo acentúa su sensación de estancamiento.
El miedo a romper con
inercias que han perdido el sentido a menudo proviene de los fantasmas del
pasado, y el suyo acaba irrumpiendo ferozmente a través de una casa que una vez
encarnó el universo entero y de una abuela y una madre que cuentan unos hechos
trágicos.
Me estreno con Elvira Navarro seducido por la sinopsis de esta novela y por las buenas referencias que había leído sobre la autora andaluza, a la que el propio Manuel Vilas considera como "Una cirujana precisa y certera de las emociones más escondidas del corazón". Así que vamos a ello.
Con el bisturí en la mano, Las voces de Adriana está diseccionada en tres partes esenciales : El padre, La casa y Las voces, y está narrada en tercera persona.
Cada una de las partes muy diferentes entre si, pero que unidas forman un todo que da sentido a la obra muy especial.
En la sociedad en la que nos encontramos nadie está preparado a afrontar una gran perdida. Todo ello nos crea un gran impacto emocional que nos obliga a reordenar el mundo en el que vivimos, aprender a afrontar el duelo de la mejor manera posible, y esto puede hacerse de manera muy diferente según cada caso.
Adriana, joven becaria y doctoranda en Madrid, afronta varios duelos y algún que otro miedo, pero nos demuestra sus agallas para hacerse con la situación y afrontarla de frente. A la muerte de su madre por un linfoma, se le añade el ictus que acaba de afectar a su padre, y una vida cuyos cimientos se tambalean.
Valencia es la ciudad que nos acompañará en este viaje, con su playa de la Malvarrosa y sus recuerdos de la infancia.
En la primera parte el lector conocerá a ese padre que afronta el duelo de la muerte de su mujer, hace años ya, buscando a través de las redes sociales y las aplicaciones de moda nuevas compañías. Quizá no busque nada serio, solo pasar el rato y olvidarse de las penas, pero en esos intentos, él es feliz.
Adriana lucha con los recuerdos de su madre, con la grave enfermedad de su padre, y con sus propias voces internas que le dicen que quizá lo suyo es escribir y no la medicina.
La segunda parte, es la más descriptiva, nos lleva al lugar de la infancia que marcó a Adriana. Esa casa de campo, El Mirto, donde con su abuela y la familia Adriana era feliz, sin necesidad de nada más y en cuyas habitaciones Adriana escuchaba voces de sus antepasados.
La tercera parte, escrita a modo de obra de teatro, es el colofón final de la novela, la parte donde Adriana se explaya contándonos con las voces de su abuela, de su madre y de ella misma, la historia de la vida de la familia. ¿Imaginación o realidad?.
Las voces de Adriana es una apuesta por recordar a los que ya no están para no olvidar nuestros orígenes, por darle el valor que se merece a la familia y por no olvidarnos de elegir nuestro camino. Un canto a la vida.
Valoración: 8.5/ 10 Notable alto
Creo que disfrutaría mucho con esta lectura. Apuntada para más adelante.
ResponderEliminarBesotes!!!
No me veo leyéndola. Cuando me encuentro con un libro como Las voces de Adriana, tengo la impresión de que estoy invadiendo su intimidad. Un abrazo.
ResponderEliminarPues no sé si me gusta mucho, la verdad.
ResponderEliminarA mí esa última parte me costó una mijilla, pero el libro me gustó mucho. Besos
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