1. La furia, de Alex Michaelides. Alfaguara.
Esta es la historia de un asesinato. O quizá esto no sea del todo cierto. En el fondo, es sobre todo una historia de amor. Lana Farrar es una antigua estrella de cine, un icono de la moda admirado durante años. Desde que su marido falleció, vive reclusa en su mansión de Londres. Cada año invita a sus amigos más íntimos a escapar del clima inglés y pasar la Pascua en su idílica isla griega privada, un pequeño islote de lujo azotado por un poderoso viento que los lugareños llaman «la furia».
Cuando la furia deja al grupo atrapado en la isla
sin poder salir, las viejas amistades acaban sacando a flote el odio, la
envidia y el deseo de venganza reprimidos durante años. Y, de repente, alguien
desaparece. Así se inicia un juego de encerronas y trampas, una batalla de
ingenio llena de giros y sorpresas que desemboca en un final inolvidable donde
resuenan los ecos del temible The Grove, el célebre hospital psiquiátrico de La
paciente silenciosa.
2. La alquimia del tiempo. Un memoir dublinés, de John Banville. Alfaguara.
El gran maestro irlandés deslumbra con esta joya
entre la memoria y la guía íntima de Dublín y sus artistas. La alquimia del
tiempo posee tantas capas y es tan rica emocionalmente, tan ingeniosa y
sorprendente como cualquiera de sus mejores novelas. Para Banville, nacido y
criado en un pequeño pueblo cerca de Dublín, la ciudad fue al principio un
espacio apasionante, un regalo y, también, el lugar donde vivía su querida y
excéntrica tía. Sin embargo, cuando llegó a la mayoría de edad y se instaló
allí, se convirtió en el habitual telón de fondo de sus insatisfacciones, y de
hecho no tuvo un papel propio en su trabajo hasta la serie de Quirke, escrita
como Benjamin Black. Aquella fascinación infantil permaneció oculta en algún
lugar de su memoria. Pero aquí, mientras nos guía por la ciudad, deleitándose
con su historia cultural, arquitectónica, política y social, Banville saca a la
luz los recuerdos unidos a lugares y momentos formativos más importantes. El
resultado es un tour maravilloso por Dublín, un elogio tierno y poderoso a una
época y un lugar que dieron forma a «un artista adolescente».
3. Si una mañana de verano, un viajero, de José Carlos Llop. Alfaguara.
«Un pequeño puerto de pescadores en una isla del Mediterráneo. Costa montañosa y escarpada, salvaje. Un malecón, una rada y un varadero, todo de dimensiones discretas, fundidas en el paisaje. En lo alto tres o cuatro laúdes de pesca y más arriba, frente al mar, varias casas en pendiente. Los días de calma es la imagen de un paraíso escondido; los días de tormenta, la furia de la naturaleza».
Así comienza este libro donde el autor rememora los
días transcurridos durante treinta y tres veranos de su vida adulta en una casa
junto al mar. Aquí hay una poética: frente al Mediterráneo como moda o
escenografía publicitaria, el Mediterráneo esencial; frente a la casa como
objeto mercantil, la casa como lugar de creación. Entre el mar y la montaña,
los días tranquilos de la vida familiar y una filosofía de lo cotidiano que
nace del paisaje, late el corazón de la casa de un escritor, el espacio donde imaginó
gran parte de sus libros. Memoria íntima, historia y literatura conforman esta
obra, una de las más bellas y personales de José Carlos Llop.
4. Casi todo desaparece, de Verónica Ramírez. Alfaguara.
«Y si nos hubiéramos quedado, ¿dónde estaríamos ahora?, ¿cómo serían nuestras vidas?»
Tras haber huido con su familia de los estragos de una guerra que desintegró a su país y luego de vivir en Perú durante varias décadas, Vera aún conserva intacta la imagen de todo aquello que dejó atrás. Acorralada por la soledad, revive sus primeros años junto a su hermano Alex y su amiga Misha. En medio de las bombas, los tres niños, como en un juego infantil, emprenden la formación de su propio ejército con la ilusión de salvarse de una guerra mayor. ¿Qué parte de Vera se quedó en su lugar de origen? ¿Qué busca recuperar al volver la vista atrás? Su historia, como la de muchos exiliados, está signada por una mezcla de renuncias y sacrificios, pero también por una fuerza que, silenciosamente, arrastra una corriente de esperanza capaz de resurgir en el momento menos pensado.
Contada en dos tiempos que encauzan la experiencia
dividida de su protagonista, Casi todo desaparece reproduce, con notable
dominio narrativo, el emocionante devenir de una memoria de heridas abiertas y
valientes desafíos.
5. No juzgarás, de Rodrigo Murillo. Alfaguara.
El fallido robo a una iglesia perpetrado por tres jóvenes inexpertos y la abrupta desaparición de una mujer en la noche limeña dan comienzo a un entramado de historias donde distintos personajes -siempre intensos y contradictorios- buscan vengar el pasado, combatir la impunidad o restablecer la justicia. Sin embargo, la realidad es otra: políticos, empresarios, jueces, militares, policías, sacerdotes, todos participan de una red de crimen y corrupción que reduce al silencio la voluntad de una sociedad que además debe lidiar con sus prejuicios de clase, raza y género.
No juzgarás es un thriller político de notable
arquitectura narrativa, que revela a un escritor en pleno dominio del oficio
novelesco. Basada en episodios de la realidad peruana, esta obra muestra cómo
la ficción puede ser un ámbito propicio donde conjurar los vicios largamente
enquistados en el país.
6. Nada más ilusorio, de Marta Pérez-Carbonell. Lumen.
En un viaje nocturno en tren entre Londres y Edimburgo una mujer comparte trayecto con dos desconocidos con los que mantiene una conversación sobre sus respectivas vidas. Uno de ellos habla de su ambigua relación con un joven que le confesó una infancia difícil que marcó su vida. Poco tiempo después el hombre escribió una novela que se parecía demasiado a ese episodio. ¿Es ético escribir sobre lo que nos cuentan en privado? ¿Cuáles son los límites de la ficción? Esta historia cautiva a la protagonista y aviva sus propios recuerdos, así como la necesidad de saber qué pasó realmente con estos dos desconocidos.
Nada más ilusorio indaga en los relatos que nos
contamos, en el papel de la literatura y en la sutil línea que separa lo real
de lo ficticio, y nos brinda una envolvente narración de traiciones, pérdidas y
culpa.
7. Jane Austen investiga, de Jess Bull. Lumen.
Hampshire, 1795. Jane Austen está haciendo todo lo
posible por conseguir una propuesta de matrimonio de Tom Lefroy, el gran amor
de su vida y quien inspiró al personaje de Mr. Darcy, cuando el cadáver de
madame Renault, una sombrerera, aparece en el pequeño cuarto de la ropa blanca
durante una fiesta. Cuando la policía encuentra a Georgy, hermano de Jane, con
un collar perteneciente a la difunta, da el caso por cerrado, por lo que el
joven podría terminar con la soga al cuello. Convencida de su inocencia y de
que detrás de todo lo sucedido se esconde algo más, Jane decide investigar por
su cuenta sobre la sociedad local. A medida que se vaya enfrentando al peligro,
el engaño y el escándalo entre sus propios amigos y vecinos y crezca su lista
de sospechosos, sus agudas dotes de observación se verán puestas a prueba.
¿Descubrirá la verdad a tiempo? ¿Conseguirá salvar a su hermano de la horca?
Una cosa está clara: en Hampshire nada es lo que parece.
8. Long Island, de Colm Tóibín. Lumen.
Es la primavera de 1976, y han pasado veinte años desde que Eilis se casó con Tony Fiorello y abandonó Brooklyn para mudarse a Long Island, junto a su extensa familia política. Ahí nacieron sus hijos, Rosella y Larry, y durante estos años ha vivido en aparente armonía, hasta que un hombre con acento irlandés aparece en la puerta de su casa con una inesperada noticia que hace que la frágil paz conyugal, compuesta de atronadores silencios, se tambalee. Por primera vez en mucho tiempo, Eilis se siente lejos de su Irlanda natal y decide regresar a Enniscorthy, a un mundo que creía haber dejado atrás y a unas maneras de vivir, y de amar, que pensaba haber perdido del todo. ¿Se equivocó al elegir a Tony? ¿Es demasiado tarde para cambiar de rumbo?
Tras cautivar a más de un millón de lectores con
Brooklyn, ganadora del Premio Costa Book, el maestro de los sentimientos Colm
Tóibín regresa con una exquisita secuela de alto impacto emocional.
Quizá el de Austen....
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por la info!
ResponderEliminarBesotes!!!
Jo, qué ganas a algo de Banville. Gracias por la info. Besos
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