Entrevista a Mario J. Les y Sorteo de "Stalin debe morir"

Querido Mario, gracias por atendernos.

En esta entrevista pretendemos conocer un poco más de ti, del escritor pero también de la persona. Queremos conocer también más de esta última novela que nos has presentado, ‘Stalin debe morir’ y queremos hablar de planes de futuro.

Vamos a ello.

Sabemos que Mario regenta un negocio familiar, una ferretería con mucha historia en Cascante (Navarra) y que además lo combinas con la vida privada familiar y con la escritura. ¿Cómo es un día en la vida de Mario? ¿De dónde sacas el tiempo para escribir?

Hola, en primer lugar quiero daros las gracias por la entrevista y por vuestra labor de difusión de la literatura. En cuanto a la pregunta, bueno, no creo que mi día a día difiera mucho del de la mayoría de las personas. Por la mañana llevo a los niños al colegio, acudo al trabajo, recojo a los niños al mediodía, vuelvo al trabajo por la tarde y colaboro en las tareas de casa en la medida que puedo. Realmente, tiempo para el esparcimiento solo queda un rato por la noche. Sin embargo, tengo la suerte de que mi trabajo me permite sentarme a escribir durante los tiempos muertos, entre cliente y cliente, entre pedido y pedido, y agradezco que sea así, ya que me distraigo con facilidad y no soporto estar muchas horas seguidas delante del ordenador. Las historias se van gestando en la cabeza, las ideas surgen como fogonazos, muchas veces sin buscarlas, a cualquier hora y en cualquier lugar. Es entonces cuando saco el móvil y voy guardando notas, que plasmo llegado el momento. Después de cuatro novelas, creo que no podría trabajar de otra forma.

¿Has querido ser escritor desde pequeño? ¿De dónde te viene el gusto por la escritura?

Nunca pensé en escribir, es la verdad, y mucho menos cuatro novelas en ocho años, pero también es cierto que las redacciones eran una de mis actividades favoritas en la EGB. Ya desde entonces se me daban muy bien las descripciones y los dictados. El gusto por la escritura nace de la pasión por la lectura, no lo concibo de otro modo. ‘El plan Bérkowitz’, mi primera novela, surgió de una idea que solía rondar mi cabeza cuando tenía entre manos algún libro que no terminaba de convencerme: escribir ese libro que me gustaría leer; tejer una trama que reuniera la naturaleza salvaje africana con la historia más negra y repulsiva del siglo XX, el Holocausto. Así lo hice y así he continuado.

¿Cuáles son tus referentes literarios?

No tengo referentes concretos. Creo que cada autor debe construir su propio estilo en la medida de lo posible y evolucionar, no solo en cuanto al estilo, sino también en cuanto a contenidos; no pasarse toda una carrera literaria escribiendo la misma novela una y otra vez. Aun así, claro que tengo mis autores preferidos. Podría citar a Joaquín Barrero, Chufo Llorens, David Torres, Pedro Ugarte, Pierre Lemaitre, Almudena Grandes, Philip Kerr o Antonio Muñoz Molina; escritores que me regalan felicidad con un libro en la mano.

De todos los géneros literarios, eliges la ficción histórica, un género, para mí, complicado, en el que respetas siempre la Historia. ¿Por qué este género y no otro?

Sobre todo porque me siento muy cómodo cuando los retos son difíciles, me siento seguro de poder llevarlos a buen término, y es así porque aunque los acontecimientos históricos siempre me condicionan el trabajo, también me proporcionan una base firme sobre la que construir mis tramas, unos cimientos que no tienen que partir de mi mente. Siempre me han gustado la Historia y el thriller y creo que, tratados con rigor y buen pulso, forman un binomio muy atractivo para el lector, pero también para el escritor por el desafío que le supone.

Después de la trilogía que dedicaste al Holocausto, llega tu cuarta novela, ‘Stalin debe morir’, ambientada en la URSS de entreguerras. ¿Qué va a encontrar el lector?

Acción, pasión y una trama muy potente. Tiene muchos ingredientes para resultar atractiva. Un tablero de juego en el que muchas piezas están trucadas. Tarea será del lector desentrañarlas.

¿Cuánto tiempo te ha llevado la creación de la novela?

La concepción propiamente dicha me habrá supuesto alrededor de un año, pero tuve que ralentizarla porque me vi obligado a compaginarla con varios trabajos de correcciones editoriales.

¿Cómo te documentas para tratar tan bien estos temas y ser fiel a la Historia?

Hoy día resulta relativamente sencillo. Internet es una inmensa fuente bibliográfica y casi todo está ahí, incluidos reportajes, monográficos y documentales. Documentarme para la trilogía del Holocausto fue fácil, pues hay cantidades ingentes de material sobre el tema, y esta vez temía encontrarme muchas puertas cerradas, dado el oscurantismo que siempre rodeó al régimen de Stalin. Sin embargo, desde que en la década de 1990 se desclasificaron los papeles de la antigua Unión Soviética, existe mayor disponibilidad de información. Aun así, siempre surge algún inconveniente si pretendes ser escrupuloso con la Historia. Baste como ejemplo que me costó varios días encontrar un callejero de Moscú de 1939, y me parecía importante hacerlo, ya que en aquella época la nomenclatura de las calles cambiaba con bastante frecuencia.

La novela comienza con un epígrafe del propio Iósif Stalin que dice mucho sobre él: «Las ideas son más poderosas que las armas. Nosotros no dejamos que nuestros enemigos tengan armas. ¿Por qué íbamos a dejar que tuvieran ideas?»

Es ya habitual que mis novelas empiecen así, con una cita histórica que ofrezca pistas al lector sobre lo que va a encontrar en sus páginas. Stalin dejó perlas para llenar una biblioteca, y esta, en concreto, me pareció muy reveladora de su carácter. En este caso añadí otra contrapuesta de Trotsky, su rival político: «Quien se arrodilla ante el hecho consumado es incapaz de enfrentar el porvenir». Creo que analizándolas en conjunto podemos hacernos una idea de la realidad soviética de la época.

Hablemos de los personajes. Mijaíl es un personaje un tanto atormentado al principio y que vamos a ir conociendo poco a poco.

Mijaíl es el eje sobre el que orbita toda la novela. El gran desconocido, por llamarlo de alguna manera. Descubre gracias a un periódico que ha intentado matar a Stalin y ahora se encuentra en la calle, magullado y amnésico, aparentemente fugado de la Lubianka, un hecho impensable para cualquiera que transitara el Moscú de aquellos días. Va rodeándose de una serie de personajes que parecen conocerlo, al menos algunos de ellos, pero el primer paso para descubrir por qué actuó como actuó es que él se reconozca a sí mismo. Esa es la clave de la novela.

Misha y Antón Castro son dos niños españoles que salieron de la España franquista hacia la URSS junto a 1500 niños más, para salvarse.

Ambos forman parte de una de esas partidas de hijos de republicanos a los que sus padres trataron de salvar de la Guerra Civil en el verano de 1937, los llamados «niños de Rusia». Ellos ponen la inocencia, la dulzura, pero también la determinación por recuperar un tiempo añorado. No podía dejar de incluirlos en la novela.

Lavrenti Beria, miembro del Politburó, es uno de los personajes reales.

Beria era el comisario soviético para Asuntos Internos, lo que conocemos como ministro de Interior, un individuo con muchísimo poder, el brazo armado de Stalin. Era un tipo tan siniestro que todas las referencias que hago sobre él en la novela son absolutamente ciertas, por increíbles que parezcan. Por esa misma razón, es un personaje que resulta un caramelo para un escritor.

¿Con qué personaje te quedas? ¿Cuál te ha costado más?

Mijaíl es el eje, como ya os he contado, pero empatizo profundamente con las dos mujeres de la novela; María Rizlova y Oksana Salníkova. Misha y Antón me provocan ternura. Pero, sin duda, el personaje que más me ha costado recrear no tiene cuerpo ni mente, no tiene formas ni sentimientos; es esa sensación de miedo que flota en el ambiente, ese silencio que surca las calles y que adquiere el tratamiento de personaje principal de la novela.

¿Cómo ve Mario el futuro? ¿Habrá otra guerra fría y otro choque de ideas totalitarias?

Veo un futuro impredecible. Vivimos en un mundo saturado de información y poco fiable en cuanto a la veracidad de la misma. Se busca el poder a cualquier precio y eso es muy peligroso. Siempre he pensado que todas las personas son respetables, pero todas las ideas no. Los totalitarismos son inaceptables.

¿Puedes contarnos en qué nuevos proyectos andas metido?

De momento disfruto de la salida al mercado de ‘Stalin debe morir’. Me gusta tomarme un tiempo entre una novela y otra y me gusta elegir bien los temas a tratar. No sé hacia dónde me dirigiré en la siguiente, pero podéis dar por seguro que será una decisión bien meditada. No hay prisa. La Historia está ahí, al alcance de cualquiera. Solo hace falta tomar un pedazo atractivo y aderezarla. Y ese momento, antes o después, siempre termina llegando.

Muchas gracias, Mario, por tu amabilidad con nosotros, y muchos éxitos.

Gracias a vosotros, siempre, por la labor de difusión de la literatura.

Y ahora vamos con el sorteo de 1 ejemplar en papel de "Stalin debe morir" dedicado por el autor al ganador/a.

Esta vez os lo ponemos muy fácil, simplemente debéis ser seguidores del blog en blogger y dejadme el enlace en esta misma entrada haciendo un comentario donde además diga que queréis participar en el sorteo, y tener un domicilio en España donde poderos enviar el libro si resultáis ganadores.

Tenéis de plazo desde hoy hasta el 16 de Febrero de 2022 a las 23:59 h. 

Mucha suerte.