1. La diagonal Alekhine, de Arthur Larrue. Alfaguara.
A sus cuarenta y siete años, el campeón del mundo de
ajedrez Aleksandr Aleksándrovich Alekhine, ruso de nacimiento y nacionalizado
francés, juega las partidas del mismo modo en que vive su vida: de victoria en
victoria, de continente en continente.
Corre el mes de septiembre de 1939 cuando se embarca en Buenos Aires rumbo a Europa junto a su mujer y el jarrón de porcelana que no lo abandona desde que, siendo un adolescente, lo recibiera como trofeo de manos del zar Nicolás II. El hombre al que el compositor Harold Schonberg describió como «más inmoral que Richard Wagner y que Jack el Destripador» no tiene otra preocupación que la revancha que lleva doce años negando a su eterno rival, el cubano Capablanca. Sin embargo, en París le espera una carta llamándole a filas, mientras que el Reich le insta a unirse a su causa y crear una escuela de ajedrez para las futuras generaciones alemanas. En un momento en el que todo puede aún decidirse en el tablero, el genio del ajedrez toma una resolución que lo convertirá en rehén de los nuevos dueños de Europa y colaborador de Hans Frank y Joseph Goebbels. Poco a poco, las piezas de su propia jugada maestra —su esposa Grace y Spielmann, Rubinstein, Przepiórka: los grandes maestros judíos perseguidos, antaño sus mejores rivales— irán cayendo una tras otra.
2. La edad de tiza, de Álvaro Ceballos. Alfaguara.
Álvaro ha cumplido ya los treinta cuando un revés
laboral lo devuelve a la casa familiar: allí sigue viviendo su madre y
permanecen también, a modo de fantasmas, las promesas de prosperidad de su adolescencia.
Sin mucho más que hacer, se propone desentrañar un viejo misterio que empezó
cuando él tenía catorce años: la desaparición de una cinta de vídeo sobre
educación sexual que les pusieron en clase y que dio pie a otros
acontecimientos igualmente inexplicables.
Entre recuerdos dudosos, volvemos con Álvaro al año 1991, a un colegio masculino y concertado en el que se habla de la España del futuro, donde las chicas están a años luz de distancia, los padres y los hijos son incapaces de comunicarse, y madurar significa dejar de hacer preguntas.
3. Cinco inviernos, de Olga Merino. Alfaguara.
En diciembre de 1992, poco después del derrumbe de
la Unión Soviética (del que se han cumplido treinta años en 2021), Olga Merino
preparaba las maletas para instalarse en Moscú como corresponsal. En la capital
rusa Merino vivió cinco inviernos, en la vorágine de un cambio de época que
marcó también un antes y un después en su vida personal.
Este diario íntimo de una joven que, inmersa en la cultura rusa, persigue el sueño de ser escritora, el prestigio profesional como periodista y el amor pleno y sublime queda anotado en el momento presente, poniendo en contraste de forma magistral la voz de hoy con la de aquella muchacha idealista.
4. Ay, William, de Elizabeth Strout. Alfaguara.
Inesperadamente, Lucy Barton se convierte en
confidente y apoyo de William, su exmarido, el hombre con el que ha tenido dos
hijas ya adultas, pero que ahora es casi un desconocido presa de terrores
nocturnos y empecinado en desvelar el secreto de su madre.
Mientras su nuevo matrimonio tambalea, William quiere que Lucy lo acompañe en un viaje del que no volverá a ser el mismo. ¿Cuántos sentimientos –celos, piedad, temor, ternura, decepción, extrañeza– caben en un matrimonio, incluso cuando ha terminado –si tal cosa es posible–? Y en el centro de esta historia, la voz indomable de Lucy Barton, su reflexión profunda y perenne sobre nuestra propia existencia: «Así es como funciona la vida. Todo lo que no sabemos hasta que ya es demasiado tarde».
5. Ella entró por la ventana del baño, de Élmer Mendoza. Alfaguara.
Sebastián Salcido, alias el Siciliano, está libre
después de pasar más de dos décadas en prisión. Es el líder de un despiadado
grupo de exmilitares dedicados al narcotráfico. Lejos de suavizarse en la
cárcel, ahora busca con ferocidad vengarse del excomandante de la policía que
consiguiera arrestarlo. El Zurdo Mendieta deberá atraparlo, pero muy pronto
descubrirá que se trata probablemente de uno de los rivales más poderosos y
desalmados que ha enfrentado en su carrera de detective.
Por si las cosas no fueran lo suficientemente difíciles, el Zurdo tiene una misión paralela: encontrar al antiguo amor de un empresario moribundo. Ricardo Favela, de ochenta y seis años, está en el hospital y los médicos le dan una semana de vida. Su último deseo es volver a ver a la mujer con quien vivió un intenso amorío hace veintidós años. Pero ni siquiera sabe su nombre.
Samantha Valdés, jefa del cártel del Pacífico y amiga del Zurdo, decide ayudarlo porque sabe de quién se trata. El Siciliano se ha convertido en una amenaza implacable. ¿Qué resultará de esta alianza contra un enemigo común? El Zurdo Mendieta está en una carrera contra ese reloj infalible que es la muerte, a la que ahora verá de frente.
6. Planeta, de Susana Martín Gijón. Alfaguara.
La aparición en un campo de golf del cadáver
desangrado de una mujer pone en jaque al Grupo de Homicidios de Sevilla: a la
víctima le han cercenado los pies.
La inspectora Camino Vargas tendrá que cancelar las vacaciones previstas con Paco Arenas, su antiguo mentor y amor secreto con quien por fin convive, para ponerse a investigar en medio de una ciudad en alerta máxima por las condiciones climáticas y devastada por unas lluvias torrenciales que han dejado varios desaparecidos. Mientras tanto, aumentan las noticias que apuntan a que el asesino apodado el Animalista podría seguir vivo y no estaría actuando solo: unos hombres despellejados en una granja, un sangriento suceso en un acuario y un misterioso robo en el puerto de Huelva parecen dibujar un plan grotesco. Pero pronto toda la brigada se verá implicada en una carrera contrarreloj para rescatar a millones de personas de un peligro mucho mayor del que nadie se había percatado antes.
7. El enterrador, de Thomas Lynch. Alfaguara.
«Todos los años entierro a unos doscientos vecinos».
Así comienza el singular testimonio del poeta Thomas Lynch. Como todos los
poetas, Lynch se inspira en la muerte, pero a diferencia de los demás, él
además vive de ella: ha trabajado durante años como director de una funeraria
en una pequeña población de Michigan, donde se encarga de los entierros,
cremaciones y actos fúnebres de su comunidad.
Narrado con la ternura de quien se ha ocupado a diario del dolor ajeno, en esta singular colección de ensayos las dos vocaciones de Lynch se encuentran y él se revela a la vez como competente funcionario del duelo y como escritor que, de manera conmovedora, sintoniza el lenguaje con las fibras de la liberación interior.
8. La señora March, de Virginia Feito. Lumen
La última novela de George March es un gran éxito, y
nadie se enorgullece tanto de ello como su devota esposa, la señora March, que
lleva una vida exquisitamente ordenada en el Upper East Side. Una mañana
cualquiera, mientras se dispone a comprar el pan de aceitunas en su pastelería
favorita, la dependienta insinúa que la protagonista del nuevo libro de George
parece inspirada en ella. Este comentario casual le arrebata la certeza de
saberlo todo sobre su marido —y sobre ella misma—. Así empieza un viaje
alucinado y alucinante que puede desvelar un asesinato y secretos sepultados
durante demasiado tiempo.
9. Confidencia, de Domenico Startone. Lumen
Pietro y Teresa mantienen una relación amorosa llena
de altibajos emocionales, exigencias nunca satisfechas y tensiones que acaban
en insultos y llantos. Tras una violenta pelea, para templar los ánimos, a ella
se le ocurre una idea: «Pongamos que te confío un secreto íntimo, tan horrible
que ni siquiera me lo he confesado a mí misma, y tú me confías uno parecido,
algo que si saliera a la luz te destruiría para siempre». Él acepta, y de este
modo sellan su dependencia recíproca. Sin embargo, a los pocos días la pareja
comprende que no tiene otra salida que separarse. Tiempo después, Pietro conoce
a Nadia, de cuyo carácter inocente y cálido, tan distinto del de su novia
anterior, se enamora. Pero en la víspera de su boda, Teresa reaparece, y con
ella, la sombra amenazante de aquella confidencia, que marcará
irremediablemente su vida.
Tras Ataduras y El juego, Domenico Starnone prosigue con su profunda indagación en las relaciones humanas.
10. Los setenta y cinco folios y otros manuscritos inéditos, de Marcel Proust. Lumen
«Por fin: aquí están los prolegómenos de la gran
obra, la aurora boreal del ciclo, el lienzo secreto del fresco, el solar en el que
se construyó la catedral de siete pilares, el prefacio del propio Marcel, la
búsqueda de En busca del tiempo perdido. [...] Proust ha vuelto, único y
visionario como siempre» ( J. Garon, L’Obs). Así han saludado unánimemente los
expertos y la crítica el hallazgo de este tesoro literario: un manuscrito
mítico que ve la luz tras el fallecimiento de su propietario, Bernard de
Fallois. Escritos entre 1907 y 1908, con estos episodios emblemáticos y
fundacionales de su obra maestra se penetra por arte de magia en la memoria
proustiana como si se tratara de una primigenia autobiografía en la que los
personajes y los lugares surgen en toda su desnudez y conservando sus nombres
auténticos —la abuela Adèle, la madre Jeanne y un joven Marcel
estremecedoramente «humano, amoroso, atento con su familia, fiel y generoso»
(A. Compagnon, Le Figaro Littéraire).
11. Alejandra Pizarnik. Biografía de un mito, de Cristina Piña y Patricia Venti. Lumen
La obra y la influencia de Alejandra Pizarnik no
dejan de crecer. Numerosos lectores en todo el mundo mantienen viva su
literatura y cada vez más investigadores se dedican a estudiar a la aún hoy
enigmática poeta.
Cristina Piña escribió una primera versión de esta biografía hace treinta años y ahora, en colaboración con Patricia Venti, publican esta edición ampliada con una enorme cantidad de documentación nueva. Las autoras consultaron los diarios completos de la escritora, depositados en la Biblioteca de la Universidad de Princeton, junto con sus cuadernos, borradores, correspondencia y trabajos plásticos; mantuvieron largas conversaciones con amigos de la poeta y, sobre todo, con su hermana, Myriam; viajaron a París para entrevistar a la familia de los hermanos del padre, uno de los cuales alojó a Alejandra en varias ocasiones en su casa de Châtenay-Malabry. También tuvieron acceso a los papeles de Manuel Mujica Láinez y Silvina Ocampo en Princeton, y a los de Djuna Barnes, en la Universidad de Maryland, vinculados con la poeta.
Cuántas novedades...
ResponderEliminarBesotes!!!
Me apetecen Planeta y La señora March
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarNo conociamos tu blog pero ya te seguimos de vuelta!
No conocia ningun libro que mencionas pero me anoto un par.
Nos leemos pronto!
Fer:"3
Hay tres títulos que me atraen mucho: La diagonal ALekhine, Ella entró por la ventana del baño (Un título que llama mucho la atención en relación con la sinopsis) y La señora March. Gracias por la información. Un abrazo.
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarGracias por las recomendaciones.
Besotes ;)
Ful, estas entradas tuyas me gustan tanto como me aterrorizan jejeje. Bueno, de esta tanda te diré que ya tengo el de Susana esperando turno. Y ayer mismo acabé del de Virgina Feito. Me gustó. Es verdad que al inicio parece una cosa y luego la historia va por otros derroteros, pero me pareció una historia fresca y un personaje inolvidable. Besos
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