Ayer se
nos fue en Barcelona, a la edad de 88
años, Ana María Matute, sin duda una de las grandes de la literatura española
del siglo XX.
Desde
este humilde blog, vaya aquí nuestro homenaje, a la que fue una de las mejores novelistas de la
posguerra española.
Matute
ocupaba el asiento K de la Real Academia Española, y entre muchos otros
premios, recibió el Premio Cervantes, hace tres años.
Los
temas que centraron la gran obra de Matute son: la Edad Media, la infancia,
la injusticia social, los marginados, la guerra y la posguerra.
Matute
creó un mundo narrativo propio, lleno de duendes, unicornios y creía firmemente que la infancia lo era
todo y nos marcaba de una manera tremenda.
De
naturaleza incansable, a pesar de sus achaques de salud, Matute había estado
trabajando prácticamente hasta el final en su nueva novela, Demonios familiares, que está
previsto que se publique en el mes de septiembre.
El
mejor homenaje que le podemos hacer, es hablar de sus libros, que nos quedarán
para siempre, aquí os dejo alguno.
Olvidado
rey Gudú (1996)
La
novela tiene una ambientación medieval con elementos de la literatura
fantástica, libro de caballería y cuento de hadas. Ha sido caracterizada como
una alegoría antibelicista.
El
polizón de “Ulises” (1965)
Es una
obra que trata, como en otras muchas de la autora, el periodo de la vida que
abarca la niñez y desde aquí vincula este periodo con el aprendizaje de la
moral, la ética, la realidad, la madurez, etc.
Paraíso
inhabitado (2008)
Narra la historia de Adriana, la más pequeña de una familia acomodada que se
está resquebrajando por momentos en los albores de la Guerra Civil. Adri es una
niña solitaria y falta de cariño que vive atemorizada por el mundo de los
adultos.
Descanse en paz.
Hola Ful Navalon, una noticia triste, como tú dices el mejor homenaje que le podemos hacer es leer sus libros y comentarlos. Gracias por la entrada.
ResponderEliminarSiempre estará con nostros en los escritos que nos ha dejado. Besos.
ResponderEliminarno he leído nada de ella, y tengo muchos libros suyos, pero tengo que ponerme a ello porque seguro que no me arrepiento
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