1. El barracón de las mujeres, de Fermina Cañaveras. Espasa.
Yo, Isadora Ramírez García, que perdí mi nombre
cuando abandoné España junto a mi madre, Carmen, y a mi tía Teresa en 1939 en
busca de mi hermano Ignacio, voy a contarte mi historia, María. Para que sepas
quién soy y quién era tu abuela, y todo aquello que reunió a nuestras familias
durante la Guerra Civil para separarlas después. Sabrás de sus pérdidas, que
fueron las mías, del dolor inhumano y las lágrimas constantes… Y lo que pasó
cuando nuestros destinos se separaron y yo me convertí en una de las prostitutas
del campo de concentración de Ravensbrück, un lugar lleno de puentes y palomas
blancas, cuyas plumas se ensuciaron de sangre y semen por dos razones: la
simple y llana supervivencia y la lucha incesante, con armas escasas, contra el
fascismo.
Quieres saber del campo de concentración infame que
atentó contra la vida de miles de mujeres; ahí está la historiadora que eres,
María, y que nunca ejerció como tal, pero la periodista en la que te has
convertido, entre vasos de whisky, demasiados, y que aún busca una identidad
que le niegan los secretos de familia, lo que quiere saber realmente es qué
esconde la caja de los dolores feos.
Tres días, María, tres días y podrás abrir esa caja
en la que, al contrario que en el mito clásico, la esperanza no ha buscado
refugio, sino que voló de rama en rama para posarse a las puertas del puerto de
Vigo, de una calle de París; se quedó enredada en las alambradas de
Ravensbrück, regresó malherida a las puertas de la pensión Soledad y allí cantó
de nuevo por la libertad, las mujeres, los oprimidos y la revolución.
2. El abogado de rojos, de Juan Pedro Cosano. Espasa.
Eduardo Peña, abogado, aún joven, vive con su madre
en un Madrid devastado que se prepara para el fin de la guerra. Su ánimo,
acorde con el de los tiempos oscila entre la incertidumbre y el deseo de
recuperar algo parecido a la normalidad. Piensa que la paz pondrá fin a los que
considera los años más terribles de su vida. No puede estar más equivocado.
Cuando Madrid cae, todo cambiará: Eduardo
presenciará los desafueros de los vencedores y la humillación de los vencidos,
el hambre, la miseria y todo el rosario de brutalidades que acompañan a la
posguerra. Un día, ante la estupefacción de su madre, decide emprender el único
acto de valentía de su vida: tratar de defender a un vecino al que se han
llevado detenido.
Eduardo acabará en la cárcel por haber formado parte
del ejército rojo. Parece el final de la partida y, sin embargo, allí recibirá
la oferta más insólita para recuperar la libertad. ¿El precio? Formar parte de
la maquinaria de venganza y represión en la que se ha convertido el sistema
judicial.
3. La conjura del harén, de Abraham Juárez. Espasa.
Una novela que nos lleva al corazón del Antiguo Egipto y al reinado de Ramsés III, el último gran faraón. Un canto de amor a una época histórica deslumbrante y llena de magia.
El faraón Ramsés III comparte el poder con dos
esposas, Isis y Tiyi, enemigas irreconciliables, ya que ambas aspiran a que sus
hijos, Ramosé y Pentaur, hereden el trono. Una de ellas urdirá un plan para
beneficiar a su hijo con el apoyo de las concubinas del harén y la práctica de
magia negra.
4. El mal hijo, de Salvador S. Molina. Espasa.
Es uno de los veranos más calurosos que se recuerdan en la huerta murciana. Una abuela y su nieto de once años atraviesan los campos infinitos de limoneros y paleras comidas por la cochinilla. Es allí donde ella quiere mostrarle algo que nadie más ha visto: en una vieja caseta de labriegos, la Pascuala tiene secuestrado a su propio hijo.
Cuando su padre desaparece, Rubén se muda a vivir
con su abuela, a la que apenas conoce. Hasta entonces se ha criado con su
madre, con su familia gitana; y es que Rubén tiene dos mitades, dos sangres.
Es en esos días interminables de calor, en Alhama de Murcia, un pueblo quemado por el sol y rodeado de inmigrantes que recogen las cosechas, donde el nieto descubre todo lo que nunca supo sobre su padre mientras deja atrás los últimos días que le quedan de niñez.
Solo entonces Rubén comprenderá hasta dónde está
dispuesta a llegar una madre, una abuela, para cuidar de su familia.
5. Tesis sobre una domesticación, de Camila Sosa. Tusquets Editores.
«Una sola travesti es suficiente para socavar los
cimientos de una casa, deshacer los nudos de un compromiso, romper una promesa,
renunciar a una vida», piensa la inolvidable actriz que narra esta historia de
pactos invisibles y pasiones arrasadoras. Vulnerables, los personajes de esta
novela se pierden en una vida burguesa y apacible, abrumados por infiernos y
culpas. Erotismo y violencia habitan sus vínculos, pero también una profunda
ternura. En Tesis sobre una domesticación, la familia se aferra a breves
momentos de felicidad sin darse cuenta de que ha sido vencida desde el
comienzo. Salvaje y conmovedora, esta obra vuelve a mostrar a Camila Sosa como
una escritora extraordinaria, capaz de conquistar a miles de lectores y
lectoras en todo el mundo.
6. Perro negro, de Miguel Ángel Oeste. Tusquets Editores.
En 1974, Nick Drake aparecía muerto en la casa de
sus padres y pasaba a engrosar el «Club de los Veintisiete», la lista de estrellas
desaparecidas antes de tiempo. Tres décadas después, Janet Stone, una de las
personas más cercanas a Nick, y marcada por el recuerdo de su amigo, recibe la
visita de alguien que tiene un proyecto cinematográfico sobre el músico. Perro
negro narra la historia de unos seres subyugados por la muerte prematura de un
genio, e indaga en un tema tabú como la enfermedad mental y su invisibilidad.
Es también el retrato de una época mítica, vertiginosa, intensa, plagada de
conciertos legendarios, happenings y manifestaciones culturales radicales; de
una juventud zambullida en la euforia de las drogas, el sexo libre, las fiestas
interminables: la era del pop.
7. Los bajos fondos del corazón, de Eugenio Fuentes. Tusquets Editores.
Si hay un género literario capaz de ensimismarnos y
regalarnos horas de placentera lectura, absortos en la resolución de algún
enigma, en la persecución de un asesino o en la aclaración de un crimen más o
menos sangriento, este es sin duda el género negro, la novela policiaca,
también conocida como noir. Con la intención de desmontar los grandes tópicos que
rodean a esta literatura, Eugenio Fuentes indaga en los orígenes históricos,
sociales y literarios de un género que juega con la verdad y la mentira, con
los problemas psicológicos de sus protagonistas o sus dificultades para
relacionarse con el mundo y sus semejantes.
Ejemplar
cultivador él mismo de este género, y creador del inolvidable personaje Ricardo
Cupido, Fuentes se acerca en esta obra a los grandes autores de novela negra
—desde Poe o Conan Doyle hasta Stieg Larsson— y explora personajes, tramas,
emociones y toda la mitología propia de un género que explora nuestras miserias
morales y que se desliza por la fina línea que separa el bien del mal.
De entrada, me ha dado mucha curiosidad "El mal hijo".
ResponderEliminarBesos.
Gracias por la info!
ResponderEliminarBesotes!!!
El mal hijo tiene muy buena pinta ^^
ResponderEliminarDe esta tanda, ya están en mi poder tres títulos y los tres me atraen por igual. Besos
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