jueves, 1 de marzo de 2018

El habitante del tiempo (Diego Agúndez)



Título: El habitante del tiempo
Autor: Diego Agúndez
Editorial: Cuadernos del laberinto
Año: 2017
Nº de páginas: 71
ISBN: 978-84-947595-4-3

Del autor:

Diego Agúndez (Cáceres, 1979). Se licenció en Periodismo, Teoría de la Literatura y Ciencias Políticas en distintas universidades de Madrid, donde vivó el cambio de siglo. Después de trabajar como corresponsal en el sur de Asia, en la actualidad se encarga de la política de medios de comunicación de la Comisión Europea, en Bruselas.




Su labor poética comenzó hace más de dos décadas, aunque la mayor parte de su producción está inédita, excepción hecha de unos pocos poemas publicados en revistas y de Acto de creación, un poema extenso publicado en el año 2016 que forma parte de esta misma colección.


Los poemas aquí reunidos son, junto a otros cinco centenares de poemas, parte de la antología en permanente construcción El cuarto sangam. Algunos de ellos se encuentran disponibles en el espacio virtual www.agundez.net


Sinopsis:

Unos versos del poeta clásico Lucrecio adornan el frontispicio de estos poemas: Todo, nos recuerda, se renueva sin cesar. Unos mortales crecen, otros decrecen, y en un corto lapso las generaciones van sucediéndose y se pasan, igual que corredores, la antorcha de la vida.

El flujo del tiempo, que es algo casi siempre más constatado que percibido, es el nexo común de los poemas reunidos en este libro, pero no como melancólicos cantos de nostalgia ni recuerdos del pasado, sino desde la emoción simbólica y el sentido de lo maravilloso.


Encerrados en estas páginas combaten como dos boxeadores el amor y la muerte; murmuran las piedras de una silenciosa abadía; se pierden los niños en el laberinto de espejos. El fuego vive en la muerte de lo que arde y como cometas también arden, contigo, los poemas.


 Opinión:



El habitante del tiempo, está editado dentro de la colección Anaquel de poesía, publicado por la editorial Cuadernos del Laberinto.

Hay que destacar una vez más la espectacular portada, que nos dice mucho de lo que va  ser el poemario.

En esta ocasión Agúndez no ha apostado por la edición bilingüe, como si hizo en el anterior poemario, que se podía seguir en inglés o en español, según nos interesara.

Si en Acto de creación Agúndez trataba dudas existencialistas y viajaba por el espacio, ahora viajamos a través del tiempo, con una creación de 55 poemas, que tiene como nexo común el flujo del tiempo.



Con unos versos del filósofo Lucrecio, que nos recuerdan que todo se renueva sin cesar, Agúndez nos invita a introducirnos en este laberinto temporal, donde quedará de manifiesto que nuestro papel en el cosmos es insignificante, que nuestra vida es una estancia en el tiempo, y que por lo tanto somos habitantes del tiempo.

Los poemas de Agúndez nos transmiten el interés del hombre por la ciencia y sus diferentes vertientes, por la naturaleza ( mar, árboles, playas,…), algunos son más místicos, y otros tratan más de las relaciones humanas, en definitiva toda una serie de temas que nos permiten adentrarnos en las preocupaciones del autor y en lo que le conmueve.


El habitante del tiempo consagra a Agúndez como poeta humanista contemporáneo, con influencia de los grandes filósofos clásicos, preocupado por las relaciones humanas, y a la vez apasionado por el conocimiento de la ciencia.



Valoración:  7/ 10 Notable

Agradecer a Cuadernos del Laberinto su colaboración con nuestro blog.





3 comentarios:

  1. Últimamente la poesía me rodea y eso que no somos muy buenos amigos, que se diga... increíble portada, por cierto, no me hubiera imaginado que dentro habría un poemario... por otro lado, el tiempo es un tema que daría para una larga charla, sea en narrativa como en versos...
    Un abrazo

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  2. Interesante este poemario. No conocía a su autor. Me anoto bien el título, que creo que podría disfrutar con estos poemas.
    Besotes!!!

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  3. Me cuesta mucho la poesía, no acabo de encontrarle el punto, pero me he propuesto cambiar eso y ya tengo un poemario esperando en la estantería. Si me animo a seguir con más, tendré muy en cuenta este.

    ¡Besote!

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