Del autor:
Francisco Narla, nacido en Lugo en 1978 y afincado en un pequeño pueblo del corazón de Galicia, Friol, es aviador y escritor. Pero son sus aficiones las que lo definen: arquero, pescador con mosca, aficionado a los bonsáis, apicultor y casi cualquier cosa sobre la que pueda leer en un libro.
Ha publicado poesía, relatos, ensayos técnicos y novelas. Ha colaborado con radio y televisión y también es conferenciante habitual en foros universitarios.
En 2009 publica su primera novela, Los lobos del centeno, con nueva edición ilustrada en Edhasa en 2019.
En noviembre de 2010 ve la luz su segunda obra de ficción, Caja negra, reeditada en 2015 y traducida a varios idiomas.
En 2012 nos sorprendió con Assur (Planeta), con la que recibe el aplauso del público y conquista las listas de los más vendidos. Y al año siguiente nos presenta Ronin, que le consagró como uno de los más versátiles y talentosos escritores de novela histórica de nuestro país y que, en 2020, se publica en Edhasa una nueva edición que incluye un prólogo del autor y una guía y un mapa del viaje.
Narla continuó en este género con su trabajo más personal: Donde aúllan las colinas.
En 2018 gana el I Premio Edhasa de Narrativas Históricas con la obra Laín. El bastardo. Tras el éxito, tanto en ventas como en críticas, de Laín, publicó, Fierro, seguro que recordarás este nombre.... En 2022 cambia de época y nos sorprende con Balvanera. Y en 2023 publica Breo. El celta que desafió a Roma.
El buen vasallo fur su primera obra
publicada en Grijalbo.
Dhumbria es un lugar remoto y oscuro, rodeado de una mar que engulle a quienes intentan abandonarlo y donde los hombres llevan su historia tatuada en la piel.
Ze, un humilde pescador, ha regresado de las Montañas Azules con un único propósito: vengar la muerte de su amada.
Dispuesto a derrotar al mismísimo gobernador del reino y a sus terribles
criaturas, Ze está solo en su lucha hasta que una misteriosa figura se cruza en
su camino. Sin embargo, incluso los aliados del bien guardan sus propios y
peligrosos secretos...
Desde nuestro blog apreciamos mucho la narrativa de Francisco Narla, un autor referente en novela histórica, cuya pasión por el género no deja lugar a dudas desde su primera novela.
Si queréis descubrir algunas de sus obras reseñadas en el blog, os dejo aquí varios enlaces: Rónin, Donde aúllan las colinas, Breo, el celta que desafió a Roma y Fierro.
En esta nueva aventura, Francisco Narla cambia de tercio y nos sumerge en un mundo de fantasía épica, Dhumbria, la tierra del Oeste, un lugar con una orografía imponente en la que destacan sus Montañas Azules, sus costas con acantilados, a la que llaman la Costa de la Muerte, la belleza de su capital, Dhum y la sobriedad del Desierto Blanco y su Santuario, entre otros muchos escenarios imaginados por Narla, y que nos recuerdan, en ocasiones a la Galicia más mística.
Impresiona que en el cementerio de Dhumbria solo haya tumbas de niños y mujeres, pues el mar se encarga de los hombres, la mayoría de ellos marineros que se dejan el pellejo en el mar. Uno de ellos es nuestro protagonista, Ze.
Dhumbria es un paraje muy peculiar donde gobierna el Nordés, figura que se elige mediante una dura regata en la que los candidatos deben ir al norte y regresar con vida para tener derecho a sentarse en el escaño y gobernar hasta el próximo eclipse. En Dhumbria se cumple la ley, porque sino el caos reinaría y regresarían las épocas oscuras.
El Nordés actual es Xallas, un malvado personaje que se hizo con la regata haciendo trampas, una regata en la que Ze se presentó y volvió casi muerto, y en la que participó por amor a Adhara, la joven más bonita de Dhumbria, que estaba enamorada de Ze, pero que fue obligada a vivir con Xallas.
Ahora, tras la muerte de Adhara y una nueva posibilidad de regata, Ze se vuelve a presentar tras el anuncio de Xallas de participar en la misma, y proclamar que su primera ley será hacer desaparecer el recuerdo de Adhara.
La regata será épica y Ze, acompañado de su timonel Aldair, hija del sastre, y de unos personajes como el trasgo Mandeo o el tabernero Niobel intentará hacerse con la victoria. Aquí Narla vuelve a introducir figuras mitológicas de manera magistral, y es que los parajes por los que pasan y los diferentes personajes que irán conociendo son inolvidables.
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| Figura mitológica de un trasgo | 
Y si ganar la regata es el objetivo de Ze, el objetivo del lector será disfrutar de este camino y de la épica narrativa del autor, en cada una de las 11 partes que forman la novela.
Claramente Xallas luchará de la manera más sucia para conseguir renovar su poder, y no dudará en utilizar sus argucias, entre las que incluye nombrar a su hijo Xalo, juez de la regata.
Pero de nuevo el valor de nuestro marinero y su grupo, que entrenarán muy duramente para la prueba, están preparados para la épica. Ya no hay más plegarias, el norte les espera, un infierno congelado donde todo es hielo y viento y al que Ze debe llegar para evitar que se borre la memoria de su amada Adhara.
Y si el lector va a disfrutar con las aventuras que nos proporciona este viaje, estoy seguro que el inesperado final de la novela no lo va a dejar insatisfecho.
He sido un lector feliz en Dhumbria, tanto como cuando de niño descubrí La historia Interminable de Michael Ende.




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